Ciertos deportistas trascienden y se convierten en espejos en los que inspirarse. Los 20 años dedicados a la natación sincronizada y las 37 medallas que se ha colgado, entre ellas dos platas olímpicas, sitúan a Gemma Mengual en el pedestal del deporte español. El miércoles anunció su retirada.

¿Cómo se siente días después?

Estoy cansada. Ha pasado la vorágine y siento alivio.

¿Cómo ha podido guardar el secreto desde diciembre?

La verdad es que me ha costado, sobre todo cuando me preguntaban conocidos. Se lo dije al equipo en diciembre antes de ir a una competición en China y a nadie se le escapó. Fue una muestra de respeto y compañerismo.

¿Cómo se dio cuenta?

Me costaba llevar el ritmo de los entrenos y renunciar a estar con mi hijo (Nil). No me satisfacía.

¿Cómo la recordarán?

Puede que sí sea una pionera o revolucionaria, como dicen. Logré que un deporte desconocido se hiciera conocido. Rompimos moldes con un estilo propio y personal.

¿Alguna vez le dijeron que debían haber ganado a las rusas?

Centenares. Jueces y rivales, lo que me hace pensar que no nos quejábamos por nada.

¿Cómo es Andrea Fuentes, su sucesora, y con la que ganó las dos platas en Pekín’08?

Muy trabajadora y disciplinada. Entiende que tiene que ser la líder y va a llevar muy bien esa responsabilidad.

¿Le ha dado algún consejo?

Que crea en sí misma. Es buena y lo demuestra en el agua.

¿Le molesta que la llamaran continuamente sirena?

Para nada. Me encanta su sentido simbólico.

¿Es imposible ser madre y deportista de élite?

La sincro necesita dedicación absoluta. Ahora soy ama de casa, madre y empresaria, y quiero hacer mil cosas más. Soy muy inquieta.

En cuanto a la alimentación, ahora podrá comer de todo, ¿no?

Yo comía de todo antes porque lo quemaba todo.

¿Será entrenadora?

Algo haré. Tengo cosas que enseñar en la sincro. Truquitos Mengual, como decía Andrea.

¿Qué opina de la polémica de los guiñoles y el dopaje?

Se han pasado en un tema muy serio. Los franceses siempre nos han tenido algo de envidia.

Tiene un restaurante japonés (Sugoi). ¿Es su comida favorita?

Sí, y el jamón, y el queso.

¿Y el diseño y la gemología?

Nada. Eso está aparcado.

¿Es duro ser del Espanyol en Barcelona?

A veces, pero no soy anti-Barça. Mi marido (Enric) es culé.

Su hijo sabrá en un futuro lo que ha hecho usted.

Seguro. Solo tiene un año y tres meses y está alucinado porque me ve en todos los sitios: revistas, televisión...