BIO (7-11-1980). Natural de Premià de Mar (Barcelona), comenzó a los cinco años en la gimnasia rítmica. Lleva pendientes hasta en las competiciones y asegura que “si fueran un problema para los jueces, me los quitaría”.

El catalán Gervasio Deferr se está convirtiendo en el coleccionista de medallas de la gimnasia artística española. A principios de mes añadió la plata en suelo en los Mundiales de Stuttgart (Alemania) a un palmarés que ya incluye el primer puesto en la misma disciplina en los Mundiales de Tianjin 1999 (China) y los dos oros olímpicos de salto en Sydney 2000 y Atenas 2004.

¿Cómo celebró la plata?

Cenando con los compañeros de la selección.

¿Se les ha visto muy unidos?

Hemos sido una piña.

¿Le deja vacío una competición de alto nivel?

Sí. Cuando llegué a Barcelona estuve un día durmiendo.

¿Le gusta entrenarse?

Sí, pero me divierto mucho más compitiendo.

¿Y prefiere Madrid o Barcelona para la preparación?

No tengo problemas en Madrid, pero prefiero Barcelona porque estoy más cerca de mi familia y de mis amigos.

Está operado de los dos hombros y de las muñecas, ¿nota los cambios de tiempo?

Sobre todo, en un día de frío, me cuesta más trabajo calentar y ponerme en forma.

Tiene tatuado en los tobillos los logotipos de Atenas y Sydney, ¿se hará más?

El próximo me lo haré si gano en los Juegos de Pekín 08.

¿Lleva una dieta estricta?

Con control, como de todo. Mis platos preferidos son la pizza y el asado argentino.

De allí son sus padres, ¿no?

Sí, yo he estado de vacaciones en Buenos Aires para conocer a la familia.

Cuando deje la gimnasia, ¿qué quiere ser?

Me gustaría tener un gimnasio o trabajar en algún club.