Carlo Ancelotti aún no da con la tecla. Lleva ya siete partidos de Liga y uno de Champions y el Real Madrid aún no ha encontrado un estilo de juego definido. Mientras tanto, Barcelona y Atlético de Madrid se escapan a cinco puntos cuando sólo se han disputado 21.

El día de su presentación, el pasado mes de junio, Carlo Ancelotti dio toda una declaración de intenciones: "el Real Madrid tiene que ganar con un fútbol espectacular. Vamos a jugar un fútbol que dé felicidad a los aficionados".

En términos similares se expresaba el presidente, Florentino Pérez, en la última Asamblea General de Socios del equipo blanco: "Ancelotti es el idóneo para hacer un buen fútbol en el Real Madrid, para crear un estilo de juego que enamore".

Pero con el paso de las semanas, el fútbol del Madrid no ha conquistado  a muchos aficionados. El propio entrenador italiano se ha mostrado inseguro. Hace unos días, aseguraba en rueda de prensa que "tenemos una idea de juego, que se basa en el control y en la posesión". Pero en esa misma convocatoria, decía "si encontramos la solución en tres pases en vez de en 30, se hace. Soy italiano y la contra es una opción que me gusta".

El partido ante el Atlético de Madrid fue un reflejo de la indefinición que vive el equipo blanco en términos de juego: tuvo más la posesión pero no generó ocasiones de peligro. De hecho, las más claras llegaron en contragolpes.

Ya se han alzado las voces que critican la venta de Mesut Özil. El alemán de origen turco era el máximo asistente del equipo blanco. Era el hombre llamado a dar el último pase y a desatascar a base de buen juego los partidos del equipo blanco. Su marcha deja huérfano al equipo de un jugador de sus características. Isco, el jugador que más condiciones tiene para desarrollar estas funciones, no parece bastar.

Por si acaso, el técnico de Reggiolo ya avisó antes del derbi: "El Madrid necesita más tiempo para mejorar". Pero ya está a cinco puntos de la cabeza.