Bekele: una corona de luto en 10.000 metros

Kenenisa Bekele, campeón olímpico de 10.000 metros, revalidó con un tiempo de 27:08.33 su corona mundial y junto con Sileshi Sihine (27:08.87) dio a Etiopía un doblete en los Mundiales de Helsinki que no alcanza a mitigar su pena por la muerte de su novia, con la que pensaba casarse este mismo año. Por su parte Lauryn Williams se convirtió en la nueva reina de la velocidad.
Final de los 10.000 metros masculino. En el centro, el corredor Bekele
Final de los 10.000 metros masculino. En el centro, el corredor Bekele
Final de los 10.000 metros masculino. En el centro, el corredor Bekele

Lauryn Williams, estadounidense de 21 años, recibió bajo la lluvia el bautismo como nueva reina de la velocidad mundial, relegando al tercer puesto en 100 metros a la favorita, la francesa Christine Arron, que buscaba su primera medalla de oro.

La final de 10.000 no fue tan fácil como otras veces para los etíopes. El keniano Moses Mosop, con una marca de 27:08.96, la mejor de su vida, subió al podio como tercero mientras que el español Juan Carlos de la Ossa, décimo con 27:33.42, fue el primer atleta de raza blanca en cruzar la meta.

Bekele, rey indiscutible del fondo universal desde el declive de su maestro, Haile Gebreselassie, sólo atacó a fondo a 200 metros de la meta, porque a diferencia de la final de París 2003, los etíopes no pudieron quedarse solos en cabeza.

Nueve corredores, una cifra insólita por lo abundante, llegaron agrupados a la última vuelta. Los etíopes, en busca del segundo triplete consecutivo, asumieron el control de la prueba después de pasar el tercer kilómetro en 8:23.20.

Soleshi Sihine fue el primero en dar la cara. Después, Abebe Dinkesa Negera, que puso al grupo en fila india. El qatarí (de origen keniano) Nicholas Kemboi aceleró a 11 vueltas del final y redujo el grupo delantero a 12.

De la Ossa, único blanco superviviente, cerraba el tren. Cuando Bekele se puso en cabeza, a 9 vueltas, lo hizo ya con efectos demoledores pero con los etíopes aguantaron los kenianos, Kemboi, el ugandés Boniface Kiprop, el marroquí Abderrahim Goumri y el eritreo Zersenay Tadesse.

Las medallas se repartieron en un esprint de 200 metros que premió con la de bronce al atletismo keniano, sometido en los últimos tiempos a una férrea dictadura etíope.

La segunda corona mundial de 10.000 metros remata un año difícil para Kenenisa Bekele en el que los éxitos deportivos estuvieron precedidos por una tragedia. El 20 de marzo, Bekele honró con su cuarto doblete consecutivo en los mundiales de cross la memoria de su novia, Alem Techale, muerta de repente dos meses antes cuando se entrenaba junto a él en Eiopía.

"No puedo estar feliz, porque me lo impide la pena", comentó tras su victoria en Helsinki.

Los títulos de velocidad siguieron viajando a los Estados Unidos. Lauryn Williams, experta en finanzas, sucedió como campeona, con una marca de 10.93, a su compatriota Torri Edwards, que a su vez había heredado la corona en París tras la descalificación por dopaje de otra estadounidense, Kelli White. La victoria de Lauryn, un día después de que Justin Gatlin ganara la final masculina del hectómetro, devuelve a los Estados Unidos la condición de primera potencia indiscutible de la velocidad mundial, que había quedado en entredicho en París 2003.

La bielorrusa Yuliya Nesterenko, que en Atenas 2004 se convirtió en la primera campeona olímpica de raza blanca desde los Juegos de Moscú'80, cerró este lunes la clasificación de la final con 11.13. Kajsa Bergqvist retribuyó con su título de salto de altura la paciencia de los espectadores, que la animaron bajo una fina lluvia.

La sueca superó a la primera el listón en 2,02 metros y se llevó la victoria por dos centímetros. Luego ordenó que el listón subiera hasta los 2,10, un centímetro por encima del récord mundial que tiene la búlgara Stefka Kostadinova desde 1987, pero falló. La estadounidense Chaunte Howard obtuvo la medalla de plata con 2,00 y Emma Green completó el éxito de Suecia al encaramarse al tercer peldaño del podio con una marca de 1,96.

El bielorruso Ivan Tikhon, subcampeón olímpico, defendió con éxito su título mundial de martillo. Estuvo a punto de no pasar a la mejora, tras hacer dos nulos, pero en el tercero ya lanzó 80,97 metros, ganándose el derecho a seguir compitiendo, y en el cuarto hizo el mejor tiro en la historia de los campeonatos (83,89).

Bielorrusia hizo doblete en la final de martillo. Vadim Devyatovskiy se hizo con la medalla de plata con un lanzamiento de 82,60 y el polaco Szymon Ziolkowski, campeón mundial en Edmonton 2001 y olímpico en Sydney 2000, con la de bronce (79,35).

Docus Inzikuru, con una marca de 9:18.24, se convirtió en la primera campeona mundial de 3.000 metros obstáculos, una prueba que en Helsinki se incorpora al programa de los campeonatos del mundo y dio a Uganda su primera medalla. Inzikuru, de 22 años, campeona mundial júnior de 5.000 en el 2000 y líder mundial esta temporada con 9:15.04 , superó por más de dos segundos a la rusa Yekaterina Volkova y Kenia obtuvo la medalla de bronce por medio de Jeruto Kiptum (9:26.95).

En las semifinales femeninas de 400 metros, Tonique Williams-Darling, campeona olímpica, desanimó a sus rivales con su exhibición de fuerza. La bahamesa ganó la serie 3 con 49.69, cediendo el segundo puesto, como en la final olímpica, a la mexicana Ana Guevara (50.33), que defiende título.

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