Ligera ventaja copera para el Espanyol ante el Athletic (1-1)

Golpeó primero el Athletic con un tanto magnífico, acabó respondiendo el Espanyol con otro no menos estético y al final, entre bilbaínos y barceloneses, un empate que le da una leve ventaja, la del gol en campo contrario, a los blanquiazules en su carrera por la final de la Copa del Rey. Anticipaban tanto Ernesto Valverde como Sergio González un partido igualado y se cumplió al pie de la letra el pronóstico, con una alternancia en ambiciones, dominios, olfato goleador y hasta protagonistas.

Impelido por esa tradición copera que tiene la entidad en su ADN, acaso aferrado en la bondad de los cuatro precedentes previos ante el Espanyol en las semifinales, pese al medio siglo de la última ocasión, el Athletic saltó a San Mamés con la ambición y el empuje de sus mejores noches. Corrió, presionó y merodeó bien el club rojiblanco. Avisó Aduriz a los siete minutos, felino para aprovechar un error de Arbilla, pero Pau respondió fenomenal. Cinco minutos después el guipuzcoano, que cumplía 34 años, arrancaría con el balón tras una asociación de Iraola y De Marcos y resolvería ante Pau para el delirio de la grada.

El 1-0 no fue, empero, un anticipo de noche mágica porque el Espanyol no solo no se hundió, sino que desplegó una buena reacción, consciente de la importancia de anotar lejos de “Corneprat”. Ganando presencia en el campo rival, más a balón parado inicialmente, de una forma más elaborada después, el Espanyol se reengancharía definitivamente al choque con un tremendo disparo de Víctor Sánchez, un hombre casi descartado para la Liga, recuperado para la Copa, que amasó el balón que le llegó de un despeje de la zaga local. Técnicamente, el primero visitante contra la meta de Herrerín. Creció mucho el Espanyol, tanto que empequeñeció a un Athletic que solo apareció en serio cuando, en el minuto 43, emergió Muniain con una conducción hacia la corona del área que acabó con el balón rozando el poste izquierdo de Pau.

El paso por los vestuarios deparó un pulso frenético, vivo, no sobrado de claridad pero sí de empeños, donde la más clara la firmaría Sergio García con un jugada personal en la que condujo, amagó y tocó con sutileza un esférico que se marchó al larguero. Unos y otros mantenían algunos nudos en su corsé, precavidos ante nuevos tantos,  pero paralelamente le añadían pimienta a sus onces dándole entrada a atacantes. Salían Viguera y Aketxe (cierto que se marchaba Muniain, cambio pitado por la grada) en unos, donde luego lo haría también Ibai, y en otros también emergía Felipe Caicedo. San Mamés era un tablero de ajedrez sin claridad y sin remates.

Tuvo una ocasión Caicedo, que se apoderó de un rechace y encaró la meta local (min 82), pero  Etxeita se rehizo y evitó un clarísimas ocasión. Acaso candidata a la mejor intentona del segundo periodo, al nivel de otra que manejó San José  unos minutos antes (min 74) en una jugada de estrategia que se marchó por encima del larguero. Pero sucedió que en una genialidad de Sergio García, que se fabricó una internada por la derecha él solo, su envío fue cabeceado por Víctor Álvarez al palo (min 84). Una ocasión que se hizo merecedora de tal condición en unos últimos de tensión y vigilancia donde nadie quería condenarse.

Ficha del partido

1- Athletic: Herrerín; Iraola (Ibai, min.80), Gurpegui, Etxeita, Aurtenetxe; San José, Beñat; De Marcos, Susaeta (Aketxe, min.67), Muniain (Viguera, min.67); Aduriz.

1- Espanyol: Pau López; Javi López (Salva Sevilla, min.88), Colotto, Héctor Moreno, Fuentes; Lucas, Arbilla, Víctor Sánchez, Víctor Álvarez (Montañés, min.90); Sergio García, Stuani (Caicedo, min.69).

Goles: 1-0 (min 11): Aduriz; 1-1 (min 35): Víctor Sánchez.

Árbitro: Del Cerro Grande (C. Madrileño). Amonestó a Gurpegi (min.41), Aurtenetxe (min.77) y Herrerín (min.85) en el Athletic Club. Y a Montañés (min.91) en el Espanyol.

Incidencias: ida de las semifinales de la Copa del Rey de fútbol disputadas en un estadio de San Mamés casi lleno.

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