Más de 3.000 kilómetros de alta velocidad recorren la red ferroviaria española, pero no han supuesto un desarrollo económico equilibrado de España: Extremadura solo cuenta con líneas de media distancia, trenes poco dotados que no tienen ni cafetería para trayectos que pueden llegar hasta las nueve horas. Teruel es una "isla" en medio de un corredor imaginario, el denominado Cantábrico-Mediterráneo, proyectado pero que no se ha llegado a ejecutar; mientras la provincia pierde población y posibilidades de futuro. Y en Almería, la ausencia de inversión en la línea convencional ha alargado los tiempos de los viajes convirtiéndola en otra "isla" con un futuro cada vez más negro.