Es la angustiosa carrera de los bomberos por llegar a las casas antes que las llamas. Una misión que ha resultado imposible en varias localidades muy cercanas a Marsella. Entre 20 y 25 viviendas ya han ardido. Más de 1.800 trabajan día y noche poniendo su vida en peligro. Enfrentándose a explosiones de fuego como esta que han llevado ya a cuatro bomberos al hospital. Uno de ellos está muy grave. El mismo fuego que arrasa montes y ciudades, amenaza a la ciudad de Marsella, la segunda más importante de Francia. Las ráfagas de viento, de hasta 100 kilómetros por hora, extienden los incendios, cierra campings y obliga a evacuar vecinos. Un desierto de cenizas que podría reavivarse. Los incendios que arrasan el sur del país están bajo control pero aún hay varios focos activos. El fuego ha quemado ya más de 3.000 hectáreas de bosque, y ha cortada la autopista cerca de Marsella y numerosas carreteras comarcales.