Perú porfía entre el "hartazgo" político, la corrupción enquistada y la revolución de la "generación del bicentenario"

Perú ha nombrado este miércoles a su tercer presidente en menos de una semana. El centrista Francisco Sagasti ha asumido la jefatura de estado tras jornadas de protestas y represiones violentas, que se han saldado con un centenar de heridos, dos muertos y decenas de desaparecidos. De esta forma, se da a paso a un nuevo gobierno de transición a cinco meses de las próximas elecciones, con la esperanza de que se estabilice la crisis política que ha hecho tambalear al país andino, sumido además en la mayor recesión económica de los últimos cien años.