El principio del fin: el volcán de La Palma se despierta sin signos de erupción

A contraluz el perfil oriental del volcán aparece nítido. Un recorte limpio que en posición cenital aparece como una cresta que señala la altura máxima del edificio volcánico. A ambos lados, una sucesión de cráteres de diferente profundidad. Uno de los secundarios, situado al este, se creó después del principal, el que se observa en otra imagen de dron, seguido de otras deformaciones de aparición más reciente. 

Muy cerca vemos vacíos los canales por los que corría la lava ladera abajo. Las imágenes resumen el último día de erupción. "Lo más importante es lo que no ha pasado, que no ha pasado nada", explica Vicente Soler, vulcanólogo del CSIC. No hay vibración o tremor, muy pocos terremotos y mucho menos dióxido de azufre, tampoco lava visible, aunque la cámara térmica muestra el calor residual que late bajo lecho medibla superficie. 

La inactividad del volcán es un hecho, pero... "La idea es un poco también que no es descartable que ocurran pequeñas reactivaciones momentáneas de corta duración", añade Soler. Antes de darlo por extinguido habrá que esperar al menos una semana o 10 días con esta situación. Lo que es seguro es que durante mucho tiempo habrá que seguir en los trabajos de despejar de ceniza un vasto territorio.