
Los videojuegos son divertidos, una nueva cultura o nuevo motivo para crear una adicción. Pero pocas veces son rentables, al menos, para los propios jugadores.
Pero el día de ayer ha conseguido que un jugador se vaya a su casa con 10 mil euros, un televisor de 42 pulgadas y una Xbox 360 edición especial Halo Wars en el bolsillo. Bueno, al menos metafóricamente. Y es que, Alberto Real, valenciano, parado y con 21 años, ha demostrado que es el mejor jugador de Halo Wars de todo el país, y Microsoft le ha recompensado cuantiosamente.
Para demostrarlo sólo le han bastado 20 minutos (bueno, más las tres semanas que ha durado el campeonato). Según el catalán Jordi Teixidó, finalista del torneo, la experiencia ha sido demoledora: "la estrategia que utilizó Alberto es muy difícil de repeler y nunca pude contraatacar" dijo el segundo del torneo mientras veía como el enorme cheque de 10 mil euros con el que premiaba Microsoft a su rival se iba para Valencia.
El ganador, como no podía ser de otra forma, no cabía en si de alegría: "Voy a compartir el premio con mi hermano Jorge, porque me ha ayudado mucho. Cuando me enteré del torneo, él me ayudó con sus ahorros a comprar el juego. La televisión y la consola son para él y espero poder ayudarle a amueblar sus nuevo piso".
Se acabó el mito de que los videojuegos no llevan a nada bueno. A este chico, el haber ganado el mayor premio dado en todo el país en un torneo de videojuegos le va a llevar, al menos, a Ikea. Tiene toda una casa que amueblar y muchas historias que contar.
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