Hay muchas razones por las que Burdeos es la escapada perfecta. La primera, que está muy de cerca de España. Desde el norte se puede llegar en coche sin problema. La segunda es que se trata de una ciudad pequeña y manejable, pero muy completa y con mucho que ofrecer. También destacan el ambientazo que hay siempre en sus calles, sus cafeterías, que nos recuerdan a las más típicas de París, y ese estilazo que derrocha cada uno de sus rincones. Y otra razón de peso es su gastronomía, en la que sus vinos son grandes protagonistas.
Desde el norte de España se llega bien en coche a Burdeos, una ciudad pequeña, manejable y con mucho atractivo
Si ya estás decidido para escapar a "la pequeña París", aquí van diez planes que no pueden faltar en la capital de Aquitania. Y si todavía no lo ves claro, después de leer esto seguro que tu opinión cambia. ¡Empezamos!
1. La Cité du Vin
Burdeos está tan ligado al vino que incluso ha llegado a perder su nombre para dárselo a los caldos más cotizados en todo el mundo. Por eso la primera visita debe ser este museo dedicado en exclusiva al vino, a su historia y a todo lo que le rodea. Está catalogado como uno de los mejores museos del mundo, y es que tanto por fuera, con su forma de decantador gigante, como dentro, lleno de actividades interactivas y muchísima información amena, es una maravilla. Y sí, la visita termina con una degustación disfrutando de las vistas de la ciudad desde la parte más alta.
El museo del Vino de Burdeos está considerado como uno de los mejores del mundo
2. Les Halles Bacalan
A las puertas del Museo del Vino encontramos un moderno mercado gastronómico, perfecto para degustar la gastronomía local y reponer fuerzas tras la visita al museo. Mesas al aire libre, puestos llenos de propuestas deliciosas y un buen ambiente que anima a tomarse otro vino.
3. Les Bassins des Lumières
Ya que estamos en el barrio conocido como Bassins à flot, en el que se sigue apreciando parte del pasado industrial y marinero de la ciudad, la siguiente parada debe ser este nuevo centro de arte ubicado en lo que en su día fue un antiguo búnker, construido por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial para refugiar a sus submarinos, de ahí sus impresionantes dimensiones. Hoy acoge exposiciones inmersivas que nos permiten adentrarnos en la obra de diferentes artistas. En estos momentos el gran protagonista es Dalí, pero en el mes de octubre se inaugurará una exposición que nos permitirá meternos de lleno en el mundo de “Tintín”. Una agenda que cambia para tener siempre algo nuevo que ofrecer y que puedes consultar aquí: https://www.bassins-lumieres.com/en/exhibitions
A la gran exposición sobre Dalí en Le Bassins des Lumières le seguirá otra sobre el universo de "Tintín"
4. Plaza de la Bolsa
Ya es hora de comenzar a explorar el centro y qué mejor que hacerlo en uno de los puntos más icónicos de la ciudad, la Plaza de la Bolsa (Place de la Bourse). Se trata de una gran plaza rodeada de elegantes edificios que miran al río Garona. Lo que la hace todavía más especial es la fuente que han colocado entre la plaza y el río, el Espejo del Agua, que crea una fina película en el que se reflejan los edificios. Sin duda, la foto que nunca falta de Burdeos.
5. Puerta de Cailhau
Antes de perdernos entre las callejuelas del centro, es recomendable buscar esta coqueta puerta que en su día formaba parte de las murallas de la ciudad. Es pequeña, pero ideal; gracias a sus tejados cónicos y la decoración de sus torres parece recién sacada de un cuento del medievo.
6. Viejo Burdeos
Así se conoce al barrio que recoge la esencia de la ciudad y por el que querrás perderte una y otra vez. Sus estrechas calles están repletas de tiendas, tanto de antigüedades como de ropa con las primeras marcas en sus escaparates. Y siempre se llega a una plaza amplia y animada como la del Parlamento (repleta de terrazas con las sillas muy juntas, como bien les gusta a los franceses) o a otras más coquetas, como la que acoge a la iglesia de Saint-Pierre. Por cierto, de esta parte la Rue des Faussets, llena de restaurantes.
7. Torre de Pey Berland
Situada junto a la catedral San Andrés, esta torre toma el protagonismo absoluto de la plaza. Solo hay que subir unos 250 escalones para llegar a la parte más alta y divisar unas de las mejores vistas de la ciudad.
8. El Gran Teatro y la catedral
La catedral de San Andrés marca el límite del viejo Burdeos y da comienzo a la parte más elegante y comercial de la ciudad. Calles más amplias y otros edificios que siguen siendo señas de identidad, como el Gran Teatro, uno de los más antiguos de toda Europa. Elegante y majestuoso tanto por fuera como por dentro.
9. Sus viñedos
La esencia de Burdeos son sus vinos, y para poder presumir de tener los mejores del mundo hay que cuidar mucho sus viñedos y así lo hacen. La ciudad está rodeada de grandes superficies dedicadas exclusivamente al vino y merece la pena salir para conocer alguno de estos rincones. Uno de los mejores ejemplos es Saint-Émilion, un encantador pueblo lleno de historia.
10. Duna de Pilat
Ahora toca poner rumbo al oeste, hacía el océano Atlántico, para cambiar de paisaje por completo y poner un broche de oro a esta escapada. La duna de Pilat la forman unos 60 millones de metros cúbicos de arena y tiene una altura de entre 100 y 115 metros dependiendo del año, y es que todavía sigue moviéndose. Hasta noviembre lo tienes fácil y hay instalada una escalera por la que puedes subir y enamorarte de sus vistas.
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