El Valle del río Loir, el hermano pequeño desconocido del Loira

Los idílicos paisajes del Valle del río Loira han enamorado a todos sus visitantes e inspiran el deseo de conocerlo a todo aquel que alguna vez ha soñado en pisar estas tierras francesas. Pero no muy lejos de allí, en dirección norte, se abre paso el Valle del río Loir, mucho más desconocido.

Pero no por ser menos célebre entre los turistas significa que sus encantos sean pocos. De hecho, al igual que su hermano mayor, no le faltan los castillos, los paisajes llenos de viñedos, las casonas con amplios jardines floreados y un largo etcétera de bucólicas estampas.

Majestuosos castillos

Los amantes de la historia y la arquitectura encontrarán aquí su edén. Decenas de castillos se alzan a lo largo del Valle del Loir, espléndidos y majestuosos. Por ejemplo, el Château du Lude es uno de los pocos grandes castillos que todavía está habitado por una familia, concretamente desde hace 260 años. Originalmente, el edificio funcionó como una fortaleza defensiva que, con el paso del tiempo, se fue transformando en la residencia renacentista que es hoy en día.

Château du Lude.
Anselm Pallàs

No menos elegante es el Château de Poncé, construido en toba. En el interior destaca su escalera central y su llamativo artesonado tallado. Además, detrás del edificio, inmersos en sus jardines franceses, se esconden los restos de un espectacular edificio neogótico del siglo XIX, la llamada Terrasse Caroline.

Por su parte, el Château de Chambiers se levantó originalmente en el siglo X, pero fue ampliándose durante los siglos XV, XVI y XVII hasta convertirse en el suntuoso castillo que vemos hoy en día. Esta joya arquitectónica era muy apreciada por los reyes de Francia para alojarse y practicar la caza en el bosque cercano.

Château de Bazouges.
Spouik

Igualmente, merece la pena visitar el Château de Bazouges-sur-le-Loir. Los visitantes quedarán encandilados con sus jardines italianos y su cedro centenario de la época de Carlos X de Francia. Una torre con una capilla del siglo XV, salones del siglo XVIII y un antiguo molino son solo algunos de los secretos que esconde.

Vinos, viñedos y degustaciones

La tradición vinícola del Valle del Loir es uno de sus tesoros más preciados. Aquí se cultivan excelentes variedades de uva, que dan como resultado unos exquisitos vinos como Jasnières o Coteaux-du-Loir. El paisaje del lugar está claramente marcado por esta actividad, tal y como demuestran las casas de viñedos construidas en las laderas en el siglo XIX y las bodegas subterráneas donde se guardaba esta preciada bebida.

Viñedos cerca del Valle de Loir.
Richard Semik

Una de las mejores maneras de vivir esta tradición es visitando en primera persona algunos de los viñedos del valle, donde los propios viticultores nos muestran su trabajo y sus cultivos. Por supuesto, es este plan no pueden faltas las degustaciones de vino. Igualmente, en la zona se pueden realizar dos Rutas del Vino tanto a pie como en bicicleta a través de viñedos y pueblos con encanto como Ruillé-sur-Loir o Chahaignes.

Patrimonio natural y cultural

La naturaleza es exuberante y diversa en el Valle del Loir, empezando por el propio cauce del río, que serpentea entre la vegetación y los pequeños núcleos de población. También destaca el Bosque de Bercé, el corazón verde del valle. Este se encuentra en las cercanías de la comuna de Jupilles y al norte de la de Château-du-Loir. Por supuesto, la zona está repleta de rutas de senderismo que nos llevarán a través de los más bellos paisajes. Y no solo a pie, ya que cuenta con un itinerario de ciclismo que abarca 320 kilómetros, el V47. Esta comienza en Saint-Eman y finaliza en la ciudad de Angers.

Botica del Hôtel Dieu de Baugé.
Jujubier

Y no podemos olvidar el patrimonio histórico y cultural del valle, con tesoros tan singulares como la botica del Hôtel Dieu de Baugé. En este lugar declarado Monumento Histórico encontraremos una bóveda estrellada, estantes de roble con 650 tarros, pastilleros… También destaca el pequeño teatro de la Halle au Blé, de estilo italiano y construido en el siglo XIX con una elegantísima decoración. Por último, encontramos el sitio arqueológico de Aubigné-Racan, un antiguo conjunto galorromano con restos de un teatro, un mercado-foro, un templo y unas termas.

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