El único castillo circular de España que alberga además un museo en su interior

Vista aérea del castillo de Bellver.
Vista aérea del castillo de Bellver.
Getty Images
Vista aérea del castillo de Bellver.

Robusto por fuera y elegante por dentro. O lo que es lo mismo: un baluarte defensivo que pudiera servir también como residencia. Quizás esta fuera la única consigna que dio el rey Jaime II cuando ordenó su construcción allá por el año 1300. Once años después el castillo de Bellver ya lucía tan poderoso como ahora, situado como está, a unos tres kilómetros del centro de Palma, en lo alto de una colina a 112 metros de altura y envuelto por una espesa vegetación.

Su nombre proviene del catalán antiguo y significa bella vista

Su nombre proviene del catalán antiguo y no puede ser más clarificador. Significa bella vista y eso es exactamente lo que conseguiremos si nos adentramos en él: una estupenda panorámica de la ciudad, el puerto, la serra de Tramuntana y el Pla de Mallorca. Algo que seguramente agradecieron los inquilinos que en algún momento lo habitaron, tanto si fueron miembros de la Corte Real, que para eso fue proyectado el castillo, como si fueron prisioneros, ya que mucho tiempo después, en 1717, se convirtió en una cárcel militar a la que fue a parar el mismísimo Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor y ministro de Gracia y de Justicia en la época de Carlos IV.

Sus cuatro torres se orientan hacia los cuatro puntos cardinales.
Las cuatro torres se orientan hacia los cuatro puntos cardinales.
Sergey Kelin

Facilitar la defensa

De estas y otras muchas historias nos enteraremos si visitamos el castillo de Bellver, que tiene el honor de ser el único castillo de España que es redondo. De dónde le vino la inspiración a Pere Salvat, su creador, es difícil de saber, ya que esta es también la fortificación más antigua de la Europa continental con tan peculiar forma. La idea que le rondaba la cabeza tenía su lógica: eliminar los posibles ángulos muertos para facilitar la defensa del sitio.

Zona exterior del castillo.
Zona exterior del castillo.
Sergey Kelin

El castillo, de estilo gótico y planta perfectamente circular, se eleva en torno a un patio central también circular y cuenta con cuatro grandes torres orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. La mayor, la del norte, mide 33 metros de altura y está aislada del resto del recinto. Su interior está dividido en cuatro cámaras, como dibujadas por un compás, que se comunican a través de una escalera de caracol que finaliza en una terraza. El edificio, amurallado, es una joya arquitectónica para cuya construcción se utilizó piedra local extraída de una cantera muy cercana, una cueva situada en el mismo monte, bajo la fortaleza.

Patio interior del castillo de Bellver.
Patio interior del castillo de Bellver.
Gustavo Muñoz

La historia de Palma

El castillo de Bellver acoge en su interior el Museo de Historia de la Ciudad, que ofrece, a través de sus diferentes salas, un completo recorrido por la evolución de Palma de Mallorca, desde los asentamientos talayóticos hasta el siglo XX, pasando por momentos clave como el periodo romano, la etapa musulmana, la conquista catalana o la construcción de las murallas renacentistas. Incluye, además, la colección del cardenal Antonio Despuig i Dameto (Palma 1745-Lucca 1813), uno de los personajes más destacados de la Ilustración mallorquina.

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