Portugal es uno de los destinos más increíbles de toda Europa. El país vecino de España en la Península Ibérica es conocido por sus pintorescas ciudades como Oporto o Lisboa, así como por sus magníficas playas, sobre todo las del Algarve. Aunque estos lugares suelen ser los más turísticos año tras año, lo cierto es que la nación lusa tiene otras muchas maravillas no tan conocidas que también merecen la pena.
Para conocerlas todas, lo mejor es hacer una ruta de una semana por la parte más occidental de Portugal. Como es lógico, hay que visitar sus urbes más importantes, pero también otras ciudades más pequeñas y que son igual de espectaculares. Además, también hay localidades repletas de encanto que serán una magnífica opción para hacer un pequeño alto en el camino.
Día 1: Braga
Una opción perfecta para comenzar el viaje por Portugal es la ciudad de Braga, una histórica urbe a solo una hora de la frontera con España. En ella se puede encontrar la catedral más antigua de todo el país, erigida en el siglo XI, y en la que se pueden encontrar una gran mezcla de estilos arquitectónicos. Tampoco hay que perderse el precioso Santuario de Bom Jesus do Monte y sus barrocas escaleras ni el bucólico Jardín de Santa Bárbara. Además, sí o sí hay que atravesar el arco de Porta Nova para conocer la Plaza de la República.
Día 2 y 3: Oporto y Aveiro
Tras pasar la noche en Braga, la siguiente parada del apasionante viaje por Portugal es una de sus ciudades más importantes: Oporto. Esta urbe combina a la perfección cultura, ocio y tranquilidad, y es que su relativamente pequeño tamaño la hace perfecta para visitar en dos días. Su increíble catedral, el Puente Dom Luis I, la Torre de los Clérigos o la azulejada Estación de São Bento son solo algunas de las maravillas que se pueden visitar en la Ribera del Duero.
Después de una noche en Oporto, por la mañana se puede terminar de conocer los encantos de esta preciosa ciudad, como entrar en la famosa Librería Lello o recorrer el Mercado de Bolhão, para después de comer poner rumbo a la preciosa localidad de Aveiro, situada a menos de una hora en coche. Este pintoresco pueblo es uno de los más bonitos de todo Portugal gracias a sus canales y a sus casas de colores, que incluso cobran más encanto al atardecer.
Día 4: Coimbra y Nazaré
La siguiente parada en Portugal es la ciudad de Coimbra, una preciosa y pequeña ciudad repleta de ambiente gracias a la gran cantidad de estudiantes universitarios que viven en ella. Su impresionante y preciosa universidad, declarada Patrimonio de la Humanidad, así como la espectacular Biblioteca Joanina del siglo XVII o el Monasterio de Santa Cruz son solo algunos de los lugares de interés más importantes.
Tras recorrer las calles de Coimbra, por la tarde hay que dirigirse a uno de los lugares costeros más famosos de todo Portugal, el pueblo de Nazaré. Lugar de peregrinación para los amantes del surf, esta localidad bañada por el Atlántico puede presumir de tener algunas de las olas más grandes del mundo. Aunque no te puedas meter en el mar, dar un paseo por su descomunal playa siempre es una buena manera de acabar el día.
Día 5: Sintra y Estoril
Antes de llegar a Lisboa, hay que visitar dos de los lugares más bonitos cerca de la capital de Portugal. El primero de ellos es Sintra, uno de los municipios más bonitos de la Península Ibérica. Edificios tan impactantes como el Palacio de Pena, construido en lo alto de un cerro, o la misteriosa y enigmática Quinta da Regaleira, hacen de este pueblo una de las paradas imprescindibles en el itinerario.
A apenas un cuarto de hora por carretera de Sintra se erige la tranquila urbe de Estoril. Las élites portuguesas veraneaban en esta costera ciudad unida a Cascais por un precioso paseo marítimo y en la que se pueden ver lugares tan imponentes como la Iglesia de San Antonio, sus numerosas casas señoriales e incluso una de las mejores playas de la Península Ibérica, la de Tamariz. Una vez descubiertos todos los encantos de este espectacular destino, es hora de poner rumbo al final del viaje: Lisboa.
Días 6 y 7: Lisboa
No hay mejor destino para terminar una apasionante semana recorriendo Portugal que la magnífica Lisboa. La capital lusa es una de las ciudades más pintorescas de toda Europa, y enclaves como la Plaza del Comercio, el Arco del Triunfo o el Barrio de Belém hacen de esta urbe uno de los destinos más increíbles. Pasear por sus calles, conocer los encantos de todos sus rincones y tener una espectacular vista panorámica de todo el estuario del Tajo es algo que la convierten en un lugar único.
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