Enoturismo termal: un viaje al Ribeiro a través de sus balnearios y vinos

Esta comarca gallega podría describirse como una tierra líquida, donde las aguas termales y el vino forman parte intrínseca de su cultura. Todos esos recursos se pueden aprovechar con un amplio abanico de actividades turísticas.
Planes por Ribadeo, Galicia
Planes por Ribadeo, Galicia
Planes por Ribadeo, Galicia
Planes por Ribadeo, Galicia

"Onde a auga reza, o viño fala e a pedra cala", se suele decir en el Ribeiro, o lo que es lo mismo, "donde el agua reza, el vino habla y la piedra calla". En pocas palabras se resume la esencia de una comarca gallega tan llena de atractivos como formas de disfrutarlos, y es que estas tierras orensanas guardan la clave para un turismo diferente, donde disfrutar en calma de una gastronomía local y de calidad, cuidar cuerpo y mente en aguas termales y medicinales, y deleitar al paladar con deliciosos vinos de la Denominación de Origen Ribeiro. En definitiva, podríamos definirlo como enoturismo termal.

Balnearios para relajarnos y cuidar la salud

La provincia de Ourense es territorio de aguas termales y mineromedicinales. A lo largo y ancho de su territorio, encontraremos una variada oferta para disfrutar de ese regalo de la naturaleza. Por ejemplo, para aquellos que prefieran piscinas naturales al aire libre para darse un relajante baño mientras se disfruta de los paisajes de alrededor, hay varias opciones como las pozas de Outariz, en el margen derecho del río Miño, o las de A Chavasqueira, la zona de baño más próxima al centro urbano de la ciudad de Ourense.

Por otro lado, quienes busquen ir un paso más allá y aprovechar al máximo las propiedades de las aguas, nada mejor que visitar un balneario. A orillas del Miño, inmerso en un paisaje de frondosos bosques y suaves montañas, se ubica el Hotel Balneario de Arnoia, del grupo Caldaria, un espacio donde descansar al mismo tiempo que cuidamos nuestra salud. Este alojamiento cuenta con dos piscinas interiores y un circuito termal, y también ofrece masajes, parafangos y tratamientos de estética faciales y corporales. La sensación de bienestar se acentúa gracias a los beneficios de sus aguas hipotermales, de mineralización débil, sulfuradas y radiactivas.

Balneario Caldas de Partovia.
Balneario Caldas de Partovia.
Beatriz Pérez

Estas emanan a 25,2 °C y "llegan al usuario sin perder sus propiedades minerales", cuenta a 20minutos Lola Fernández Marcos, directora médica del grupo Caldaria. "Tabajamos mucho los problemas reaumáticos de tipo artrosis, la fibromialgia, la psoriasis, los eccemas, la astenia... El usuario viene una o dos veces al año porque luego se encuentra mejor, tiene que tomar menos medicación y recurrir menos a pomadas", señala.

De hecho, cuando alguien va a estar más de cuatro días es un requisito hacer una consulta médica, "no porque se encuentre mal, sino por valorar qué técnicas son las apropiadas o si hubiese alguna contraindicación", explica Fernández, que añade que "esto es muy importante, ya que no es lo mismo que ir a una piscina de un hotel o un spa".

Para entender mejor la diferencia podemos referirnos a las definiciones de la Asociación Iberoamericana de Termalismo Bienestar. Los balnearios o termas son aquellas instalaciones que utilizan "agua mineromedicinal o agua mineral natural a pie de manantial con un uso terapéutico bajo supervisión médica; las instalaciones deben estar debidamente acreditadas sanitariamente por la legislación correspondiente". Por otro lado, los spas serían "las instalaciones que utilizan agua de consumo humano o agua corriente con un uso recreativo, de ocio o de bienestar".

El Hotel Balneario de Arnoia cuenta con 89 habitaciones, todas ellas exteriores para disfrutar de unas maravillosas vistas del entorno. Además, desde el propio establecimiento se pueden contratar otras actividades para adentrarnos de lleno en estos bellos paisajes de la comarca del Ribeiro. Por ejemplo, a escasos metros del edificio parten excursiones en barco eléctrico organizadas por la empresa Xouvaboat, con los que dar un agradable y silencioso paseo de una hora en las aguas del Arnoia, uno de los afluentes del río Miño. La experiencia se acompaña con una cata de productos de la zona y con el vuelo de las aves de la zona a nuestro alrededor. El precio es de 20 € por personas (hay 6 plazas disponibles), aunque si se reserva el barco entero para un mismo grupo, el precio es de 100 € en total.

Paseo en barco eléctrico por el Arnoia.
Paseo en barco eléctrico por el Arnoia.
Beatriz Pérez

Otro espacio para la tranquilidad y el bienestar es el Balneario de las Caldas de Partovia, un centro termal histórico recientemente renovado a 2 kilómetros de O Carballiño. Dispone de una piscina dinámica, un canal de fleboterapia diseñado para mejorar la circulación, bañeras de hidromasajes… entre otras instalaciones. Asimismo, se pueden disfrutar de tratamientos de parafangos, estéticos, mensajes con cañas de bambú o piedras calientes, etc.

El agua del balneario es mineromedicinal y no está tratada con medios químicos. Las diferentes instalaciones de hidroterapia ayudan a reducir los dolores musculares, alivian las contracturas musculares, eliminan la ansiedad, facilitan la movilidad articular, activan la circulación sanguínea y ayudan a la cicatrización y a acabar con la sinusitis y los problemas en la piel.

El arte del vino

No se puede hablar de la comarca del Ribeiro sin hablar de sus vinos. Esta Denominación de Origen se ubica en el borde noroccidental de la provincia de Ourense y en las confluencias de los valles del Miño, Avia y Arnoia. "Es una zona que históricamente, por su climatología y orografía, ha sido un lugar privilegiado para la cultura del vino", nos explica Juan Manuel Casares, presidente de la D.O. A pesar de estar a 45 kilómetros en línea recta del mar, el clima no es atlántico, sino de transición entre el Mediterráneo y el Atlántico, ya que "la orografía hace de barrera y le da un carácter diferencial a Ribeiro", detalla.

Copa de vino con un viñedo de fondo.
Copa de vino con un viñedo de fondo.
Getty Images/iStockphoto

Esta D.O. produce una media de 10 millones de botellas al año, de las cuales el 93 % son de vino blanco, siendo la variedad estrella la Treixadura, que presenta "mucho cuerpo y es muy aromática, con una acidez extraordinaria para el paladar", describe. También cabe mencionar el vino tostado, reconocido en la D.O. hace apenas tres años: "es una joya enológica, una elaboración con un alto contenido en azúcar natural que viene de la pasificación de la uva (proceso de convertir la uva en pasa)".

Si queremos disfrutar de una auténtica experiencia de enoturismo, podemos ir a conocer alguna de las bodegas que ofrecen visitas y catas de vino. La de Cuñas Davia es realmente especial y es que se enmarca dentro de la figura del colleiteiro, es decir, que además de acogerse a la normativa general del consejo regulador de la D.O., tiene dos restricciones: no pueden comprar uva, es decir, solo pueden utilizar la propia, y tienen un límite de producción de 60.000 litros de vino al año. "Eso les da un carácter diferencial, responde a una tradición del viticultor que elabora su vino, pero llevado al plano comercial", explica Casares.

Bodega de Cuñas Davia.
Viñedos de la bodega de Cuñas Davia.
Beatriz Pérez

En Cuñas Davia podremos visitar la zona de viñedos; los antiguos edificios del siglo XII, que acogen la bodega y el antiguo lagar (reconvertido en una pequeña galería de arte), y el casal con la sala de barricas y la zona de embotellado. Y por supuesto podremos probar los exquisitos vinos que aquí se elaboran. Se puede acompañar la experiencia pasando por su restaurante, donde probar la deliciosa gastronomía gallega con un buen maridaje.

Dónde comer en la comarca del Ribeiro

Las opciones gastronómicas en el Ribeiro son casi infinitas. Pulpo a feira, vieiras, zamburiñas... son solo algunas de las delicias que conquistarán nuestro paladar. Por ejemplo, si estamos visitando la capital de la comarca, Ribadavia, una buena opción es el GastroBar O'Birran, donde podremos probar desde pulpo con queso de tetilla hasta codillo con miel y flan de licor café para un final dulce.

Ribadavia.
Ribadavia.
aaliena / iStock

Después de la parada gastronómica, podemos seguir explorando el pueblo para no perdernos el castillo de los Sarmiento, la judería (la más importante de Galicia), la plaza de la Magdalena y la iglesia románica de Santiago. Imprescindible también es asomarnos al puente sobre el río Avia y ver como fluye el cauce entre las casas.

Otra recomendación para continuar saboreando la cocina gallega es el restaurante Sábrego, ubicado en el complejo enoturístico de la bodega Casal de Armán. Además de los platos de la carta, se ofrecen varios menús de degustación con maridaje con vinos de su propia bodega. Podremos deleitarnos con elaboraciones como un bombón de mejillón con tomate y caviar; salmonete curado con su caldo, crema de romescu, wakame y migas de maíz; ravioli de gallo de corral con esparraguines y almendra; trufa de chocolate blanco y albahaca, y brocheta de melón con mojito.

Ravioli de gallo de corral con esparraguines y almendra
Ravioli de gallo de corral con esparraguines y almendra
Beatriz Pérez

Y para seguir aprendiendo sobre la vasta cultura del vino en estas tierras podemos visitar el Museo do viño de Galicia, ubicado justo al lado del restaurante. El centro se sitúa en lo que fue una antigua casa de priorato para explotación vitícola dependiente del Mosteiro de San Martiño Pinario de Santiago de Compostela. Ahora, con el objetivo de documentar y difundir el patrimonio y la historia vitivinícola de Galicia, expone una interesante colección que incluye herramientas, documentos, instrumentos técnicos, etc., además de paneles explicativos que nos acercan al cultivo y el proceso productivo de las cinco denominaciones de origen y las cinco indicaciones geográficas de los vinos gallegos. Como guinda del pastel, el edificio cuenta en la planta baja con cinco lagares históricos y una antigua bodega.

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