El fuego se inició poco antes de las cinco de la tarde, aunque se desconocen las causas. El propio Acuña cree que pudo tratarse de un cortocircuito o originarse en una posible fuga de gasoil en uno de los hornos.

A esa hora, unos vecinos de la vivienda anexa al inmueble observaron humo por la chimenea de uno de los hornos y enseguida dieron el aviso. Para cuando llegaron la Policía Local y los bomberos, las llamas se habían propagado desde el horno a la planta superior y al fallado del edificio, que servía como viejo almacén y en la actualidad estaba inutilizado. Aunque, en esta instalación, que cerrará unos días, se produce el 80% del pan y el 100% de los pasteles que se venden en sus 9 establecimientos.

De esta forma, los mayores daños se produjeron en esta zona, que resultó totalmente calcinada. Los bomberos indicaron que en el bajo, los motores de los hornos también resultaron afectados, al igual que el cuadro eléctrico y que el nivel de destrozos es importante por la cantidad de escombro que cayó desde la planta superior y las altas temperaturas que se registraron en el inmueble.

Ahora, la Policía científica y peritos deberán determinar en los próximos días las causas que desencadenaron el incendio que destruyó el horno central de la panadería Acuña. Ayer el propietario del negocio, la Policía Local y los bomberos barajaban como hipótesis más plausible la avería de un manguito y una subsiguiente fuga de gasóleo, combustible que alimentaba la maquinaria y que habría facilitado la ignición.

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