Estafas de toda la vida se reinventan con la crisis y captan víctimas igual de incautas

  • Son el correo basura, el timo de las estampita o los tinteros.
  • Los cacos hacen su agosto en plena penuria económica.
  • Los expertos ven un repunte.

Las estafas no desaparecen, sólo se transforman. El problema es que las víctimas siguen siendo igual de incautas. Y ahora repuntan con la crisis. El timo de la estampita y del tocomocho, suplantación de la personalidad o los trileros son algunas de las más comunes que se han perpetuado y siguen proliferando.

Se ha cambiado la figura del tonto por la del inmigrante sin papeles
«Lo que más se da ahora es la estafa por internet como por ejemplo el correo basura y la suplantación de personalidad», explica a
20 minutos el profesor de Derecho Penal de la Universitat de Barcelona José Ignacio Gallego Soler.

Siguen «timos de toda la vida», como herencias nigerianas, que prometen participaciones en beneficios en causas inexistentes. También líquidos maravillosos que pueden transformar un papel en un billete. En el tocomocho «se ha cambiado la figura del tonto por la del inmigrante sin papeles», apunta el subdirector de la Escola de Criminologia de Catalunya, Luis Jiménez.
Ni los bancos se salvan: falsificación de documentación para conseguir préstamos que no se abonarán.

A falta de datos oficiales, los expertos discrepan sobre la incidencia de la crisis. Jiménez cree que hay un repunte porque hay más gente en apuros. Gallego Soler sostiene que no: «La estafa es la capacidad de engañar. Ahora no somos más tontos por estar en crisis». Lo cierto es que, en 2008, los delitos contra el patrimonio (robos, estafas o hurtos) crecieron un 8,7%.

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