UGT ha pedido este aumento del poder adquisitivo tanto de los empleados públicos, como los pensionistas y los trabajadores del sector privado porque el IPC negativo evidencia un crecimiento económico "excesivamente débil y frágil para salvar los efectos de la crisis y ahuyentar el miedo, retrayendo el consumo".

Frente a las políticas de austeridad, que han incrementado la pobreza y las desigualdades, UGT demanda este cambio en la política rentas.

En este sentido, ha defendido "potentes incrementos salariales" en 2017, así como un aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta alcanzar los 800 euros en el primer año de la próxima legislatura al argumentar que el impulso de los salarios "es clave" para recomponer las rentas en España y lograr que el crecimiento llegue a todos y así se afiance su sostenibilidad futura.

UGT ha observado que los datos del IPC muestran un comportamiento poco frecuente de un sector, "que nos tiene acostumbrados a aumentos de precios en los meses de mayor afluencia turística lo que sin duda refleja que la reactivación del turismo no se acompaña de un aumento de su consumo".

En una nota de prensa, han señalado que las rebajas y el descenso del precio de los carburantes "tiran del índice a la baja", pero la inflación subyacente presenta una evolución positiva siendo de un 0,7 por ciento anual, lo cual indica que al eliminar los elementos más volátiles del cálculo del IPC, los restantes van recuperándose lentamente.

Para UGT urge un cambio de la política de rentas para revitalizar la demanda interna y con ella los precios, incrementando el poder adquisitivo de los empleados públicos y los pensionistas, restaurando plenamente el Pacto de Toledo, y garantizando ganancias de poder adquisitivo a los trabajadores en el sector privado, han concluido.