Superalimentos: ¿Mito o realidad? esto es lo que dice la ciencia

La fiebre de los superalimentos revela un interés genuino por la alimentación saludable, aunque a menudo se abuse del término por cuestiones comerciales.

Superalimentos no es un término científico: esto no significa que no sean saludables, pero debemos ser realistas.
Superalimentos no es un término científico: esto no significa que no sean saludables, pero debemos ser realistas.
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Superalimentos no es un término científico: esto no significa que no sean saludables, pero debemos ser realistas.

Quinoa, chía, goji, kale, maca, acaí, arándanos, salmón, kéfir, miso, natto, aronia, ajo negro, cacao, camu-camu, espirulina, cúrcuma, alfalfa, berros, baobab, chlorella, maíz morado, plátanos, lúcuma, levadura nutricional, hierba de trigo. Son sólo algunos ejemplos de lo que se ha venido a llamar 'superalimentos' en los últimos años, y si quisiéramos podríamos prolongar (y mucho) la lista.

Se trata de diferentes alimentos, a menudo exóticos (y, por ello, a veces relativamente costosos) que se anuncian junto a todo tipo de beneficios casi milagrosos: 'crear músculo' 'bajar la tensión', 'mejorar la memoria', 'perder peso', etc. Hasta qué punto estas fabulosas propiedades tienen una base científica sólida detrás es una cuestión muchas veces compleja y que tiende a quedar en manos del consumidor y no del proveedor.

La historia de los superalimentos

Hablar de la base científica de los superalimentos es en realidad algo engañoso: simple y llanamente, 'superalimento' no es un término científico. De hecho, la Universidad de Harvard traza el origen del término casi con toda certeza al ámbito del marketing y a los días de la primera guerra mundial, cuando la compañía The United Food Company (que, muy interesantemente, también jugaría un papel importante en la configuración de la expresión 'república bananera', gracias a su influencia sobre la política de muchos países hispanoamericanos) se embarcó en una entusiasta campaña para promocionar su importación estrella: los plátanos.

En aquel contexto, de las estrategias de la corporación en cuestión pasaba por la publicación de varios panfletos (incluyendo Points about Bananas y Food Value of the Banana) predicando las bondades nutricionales de los plátanos. A partir de entonces, el vocablo iría apareciendo esporádicamente en la prensa escrita, en otras campañas publicitarias de márketing, en diccionarios (el de la RAE entre otros) e incluso en la literatura científica (eso sí, sin que nunca se haya establecido una definición científica concreta).

Sin embargo, no es hasta la primera década de este siglo cuando la popularidad del término acabó por estallar y los 'superalimentos' pasaron a aparecer de manera rutinaria primero en anuncios (en Europa, la Comisión Europea tuvo que poner coto a esta práctica en el año 2006) y en medios de comunicación generalistas.

¿Son saludables o no?

Todo esto no significa que muchos de los llamados superalimentos no sean muy nutritivos. Por seguir con el ejemplo de los plátanos, hoy sabemos a ciencia cierta (como recoge la base de datos FoodData Central, del Gobierno de Estados Unidos) que una unidad contiene el 12% de la cantidad diaria recomendada (CDR) de vitamina C, el 10% de la CDR de potasio y el 8% de la CDR de magnesio; y el medio especializado Journal of Food Science and Technology documenta que es gran aporte de antioxidantes como flavonoides o aminas.

La cuestión está en que tanto las compañías que venden alimentos como los medios de comunicación tienen un incentivo fuerte para emplear la etiqueta de superalimento (Harvard apunta a que alimentos que ya son percibidos como saludables por los consumidores y que además son comercializados como tales tienden a vender más; y los artículos sobre propiedades milagrosas de alimentos saludables tienden a atraer un gran número de visitas) y ello a veces puede conducir a que se atribuya a alimentos que realmente no tienen un valor nutritivo especialmente destacable o cuyas propiedades no han sido científicamente verificadas (siendo este el motivo de la decisión tomada por la Comisión Europea).

Por eso, y aunque el tirón del término es un síntoma positivo en cuanto revela un interés por parte de la población en alimentarse de manera saludable (y por tanto, de un éxito de la concienciación en este aspecto), es fundamental que exista información fiable disponible para evitar que las personas escojan opciones limitadas debido a estrategias comerciales exageradas o poco honestas. No debemos perder de vista que mantener una dieta verdaderamente saludable es algo complejo para muchas personas, incluso en términos económicos.

La importancia de la variedad

Otro problema, señalan los expertos, es que la etiqueta puede llevar a algunas personas a centrarse en el consumo de unos pocos alimentos que se perciben como excepcionalmente sanos y perder de vista lo que realmente la ciencia ha demostrado que es esencial para la salud: una nutrición variada y equilibrada.

Probar e incorporar a nuestra dieta nuevos alimentos es algo positivo, especialmente cuando existen razones de peso para considerar que pueden ser saludables. La variedad en nuestras comidas es la manera que tenemos de garantizar un aporte de todos los nutrientes que necesitamos, y previene los excesos o los defectos de determinados componentes.

Lo importante es no obsesionarse con determinadas opciones sólo porque existan campañas de marketing dirigidas a potenciarlas, sino más bien descubrir nuevas opciones que incorporar a platos y menús diversos y nutritivos. No debemos esperar que los alimentos actúen como 'medicamentos' que milagrosamente curen o eviten determinadas enfermedades: lo que nos dice la evidencia es que lo que realmente reduce los riesgos para nuestra salud es un estilo de vida saludable, con una dieta variada y equilibrada y con ejercicio físico regular.

Referencias

Harvard T.H. Chan School of Public Health. The Nutrition Source. Superfoods or Superhype? Consultado online en https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/superfoods/ el 12 de febrero de 2024.

DLE RAE. Superalimento. Consultado online en https://dle.rae.es/superalimento el 13 de febrero de 2024.

European Comission. Consolidated text: Regulation (EC) No 1924/2006 of the european parliament and of the council of 20 December 2006 on nutrition and health claims made on foods. Consultado online en https://eur-lex.europa.eu/eli/reg/2006/1924/2014-12-13 el 12 de febrero de 2024.

FoodData Central. Search Results-Banana. Consultado online en https://fdc.nal.usda.gov/fdc-app.html#/food-details/1102653/nutrients el 12 de febrero de 2024

Amir Amini Khoozani, John Birch & Alaa El-Din Ahmed Bekhit. Production, application and health effects of banana pulp and peel flour in the food industry. Journal of Food Science and Technology (2019). DOI: 10.1007/s13197-018-03562-z

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