Por qué tenemos resaca: los motivos por los que no funcionan los remedios caseros

En realidad, la resaca es una consecuencia de la metabolización del alcohol en el hígado, en la que se producen sustancias tóxicas. Por ello, la única manera de evitarla es absteniéndose de consumir bebidas alcohólicas.

Una mujer con resaca.
Una mujer con resaca.
Bojan Bjedov
Una mujer con resaca.

Se acercan las navidades y, para muchos, se vuelve difícil no caer en los excesos con el alcohol y sufrir, en consecuencia, duras resacas en los días siguientes. Popularmente se dice que bebiendo mucho agua, comiendo después de beber, con ciertos alimentos y otros remedios caseros es posible evitar esta molestia, pero la realidad es que parece muy difícil de esquivar.

En realidad, la única clave cien por cien efectiva está clara: no beber. O, si lo hacemos, moderar el consumo. Para entender por qué, tenemos que entender qué es en realidad la resaca y qué sucede en nuestro cuerpo cuando la padecemos.

Qué es la resaca y qué sustancias la producen

Según explica el Instituto Nacional de los estados Unidos para el abuso de alcohol y el alcoholismo, la resaca es a nivel técnico el conjunto de síntomas que ocurren como consecuencia del consumo excesivo de alcohol. Esta definición incluye así molestias como cansancio, debilidad, sed, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas, dolor de estómago, vértigo, sensibilidad a la luz y al ruido, ansiedad, irritabilidad, sudores y presión arterial alta, que varían en su frecuencia e intensidad de persona a persona.

Además, se sabe que hay ciertas sustancias además del alcohol etílico que contribuyen a los síntomas de la resaca: los llamados 'congéneres' (compuestos que se generan durante la fermentación de las bebidas alcohólicas) y los sulfitos (conservantes que se agregan al vino).

De qué manera el alcohol produce resaca

Hay varios procesos en el organismo propiciados principalmente por el alcohol pero también por estas sustancias que conducen a la aparición de estos síntomas. En primer lugar está la deshidratación (y de aquí nace la idea de que bebiendo agua es posible reducir las resacas), debido al efecto diurético del alcohol.

También, el alcohol tiene una gran capacidad para interrumpir nuestro descanso y para perjudicar a su calidad, incluso aunque a nivel inmediato la ingesta aumenta la somnolencia. Por otra parte, al ser una sustancia irritante puede dañar el revestimiento del estómago (provocando náuseas y malestar estomacal) y aumentar la inflamación generalizada del organismo.

Adicionalmente, los efectos subjetivos agradables del consumo de alcohol podrían generar una suerte de 'síndrome de abstinencia' de corta duración cuando desaparecen al día siguiente, lo que contribuiría a los síntomas de ámbito psicológico.

El procesamiento del alcohol y los metabolitos tóxicos

En realidad, no obstante, la ciencia es cada vez más unánime en señalar a ciertas características de la metabolización del alcohol como principales responsables de la resaca. 

Cuando bebemos, nuestro hígado es el principal responsable de metabolizar el alcohol. Al hacerlo, lo descompone mediante la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH) y genera un subproducto llamado acetaldehído, que es tóxico para nuestro cuerpo y que resulta muy inflamatorio para el propio hígado, el páncreas, el cerebro, el tracto gastrointestinal y otros órganos. Esta toxicidad, por cierto, no sólo es responsable de la resaca sino que está detrás también de muchos de los efectos perjudiciales del abuso de alcohol en el largo plazo.

Afortunadamente, otra enzima llamada aldehído deshidrogenasa (ALDH) descompone el acetaldehído poco después en otro compuesto llamado acetato, mucho menos activo. Finalmente, el acetato se degrada en agua y dióxido de carbono y es eliminado del cuerpo. 

Pues bien, la capacidad del organismo para llevar a cabo este proceso es limitada y, cuanto más alcohol consumamos, mayor es la exposición al acetaldehído a la que sometemos a nuestro cuerpo. De esta forma, aumenta el riesgo y la intensidad de los síntomas de la resaca y también de los daños orgánicos en el largo plazo.

Por qué no es posible reducir las resacas

Como vemos, es posible intervenir sobre algunas de las vías por las que el alcohol produce resaca (principalmente, sobre la hidratación bebiendo abundante líquido), con lo que hasta cierto punto se podría teóricamente mitigar levemente la intensidad de alguno de los síntomas. 

No obstante, en la práctica sólo podemos actuar sobre la mayoría de mecanismos y concretamente sobre el que (según las evidencias científicas disponibles) es el principal responsable de las molestias de una manera: evitando el consumo de alcohol (o, en todo caso, manteniéndolo dentro de unos niveles que eviten la aparición de la resaca).

Y, por cierto, la idea de que la suplementación con vitamina B12 puede ayudar a reducir los síntomas es otro mito. Se basa en el hecho de que en consumidores crónicos de grandes cantidades de alcohol se han observado niveles disminuidos de la misma, pero esto no implica ni de lejos que tomarla proteja frente a la resaca: al contrario, el fenómeno se debe precisamente a que el metabolismo del alcohol perjudica la absorción de la vitamina.

Referencias

NIH. Alcohol Effects on Helath: resaca (2021). Consultado online en https://www.niaaa.nih.gov/publications/brochures-and-fact-sheets/resaca el 14 de diciembre de 2023.

NIH. Alcohol Effects on Helath: metabolismo del alcohol (2022). Consultado online en https://www.niaaa.nih.gov/publications/el-metabolismo-del-alcohol el 14 de diciembre de 2023.

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