Por qué no debes ducharte con el agua demasiado caliente: así puede dañar tu piel

El agua caliente puede resecar e irritar la capa más externa de la piel, empeorando incluso condiciones como el eczema o la dermatitis.

Una mujer lavándose el pelo en la ducha.
Una mujer lavándose el pelo en la ducha.
Getty Images / iStockphoto
Una mujer lavándose el pelo en la ducha.

Ducharse es parte de la rutina diaria de muchas personas en España (concretamente, del 61% de españoles; lo que nos sitúa entre los países europeos que más lo hacen). Casi todas ellas, lo hacen, comúnmente, con agua caliente.

Las duchas calientes son placenteras y tienen una serie de beneficios para la salud; como apunta el portal de noticias sobre salud Healthline, pueden ayudar a aliviar ciertos síntomas respiratorios, ayudan con la relajación muscular y pueden reducir ciertas marcas de la piel. La clave está en no pasarse: ducharse con el agua demasiado caliente o demasiado a menudo puede perjudicar nuestra piel.

Irritación y sequedad en la piel

Según el mismo medio, las duchas calientes pueden secar e irritar la piel; a partir de cierta temperatura, el agua caliente puede dañar las células de la queratina que se encuentran en la capa más externa de la misma.

Por esta misma razón, también pueden empeorar ciertas condiciones cutáneas; por ejemplo, la sequedad de la piel puede resultar perjudicial para las personas con eczema o dermatitis.

Otro efecto curioso es que las duchas calientes pueden provocar picor en la piel; el calor puede causar que los mastocitos (que contienen histamina, un mediador presente por ejemplo en las reacciones alérgicas) liberen sus contenidos, generando estos síntomas.

Por último, las duchas calientes pueden causar una serie de cambios en la tensión sanguínea. La exposición al calor dilata los vasos sanguíneos, lo que en principio mejora el flujo sanguíneo; pero en casos extremos puede conducir a bajadas súbitas de tensión (con riesgo de síntomas como mareos o desmayos). Por el contrario, la frecuencia y la fuerza cardíaca también pueden aumentar para compensar este descenso en la presión, aumentando el riesgo en las personas que tienen enfermedades cardiovasculares preexistentes.

¿Mejor una ducha fría?

Como las duchas calientes, las duchas frías pueden tener una serie de efectos positivos para nuestra salud, que en ciertas condiciones pueden hacerlas más indicadas para ciertas personas.

Entre ellos, pueden aliviar los picores de la piel, puede mejorar la circulación, pueden ayudar a despertarse, pueden ayudar a reducir el dolor muscular tras el entrenamiento, pueden ayudar a aumentar la pérdida de peso, y pueden mejorar el aspecto del pelo y la piel.

Eso sí, conviene tener cuidado con ellas si estamos fríos inicialmente (ya que pueden alargar el tiempo que le toma al cuerpo entrar en calor) o si estamos enfermos, ya que pueden debilitar el sistema inmune.

Para la mayoría de los casos, lo ideal puede ser una ducha de agua templada, que evita muchos de los riesgos asociados al agua caliente, o una de contrastes (frío y caliente) que puede combinar los beneficios de ambas.

Referencias

Sara Lindberg. Cold Showers vs. Hot Showers: Which One Is Better? Healthline (2023). Consultado online en https://www.healthline.com/health/cold-shower-vs-hot-shower#Why-do-we-like-hot-showers? el 02 de febrero de 2024

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