A las hormonas se las considera las ‘mensajeras químicas’ del cuerpo. Viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos y afectan a muchos procesos como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, la función sexual, la reproducción y el estado de ánimo. También se encargan del ciclo capilar considerándose a día de hoy que los factores hormonales son una de las principales causas de la alopecia en mujeres.
Los expertos señalan que dependiendo del tipo de afección hormonal que se tenga su influencia es distinta en la salud del cabello. Por ejemplo, las hormonas tiroides tienen una relación directa con la alopecia ya que se encargan del ritmo metabólico y la velocidad con la que trabajan las células de nuestro cuerpo.
“Concretamente, pacientes con hipotiroidismo donde existe una bajada de las hormonas tiroideas, pueden experimentar caída del cabello, menor densidad capilar y un pelo más quebradizo”, explica el doctor Antonio Leone de Hospital Capilar.
“Suele tratarse de una pérdida de cabello generalizada o difusa en toda la superficie del cuero cabelludo, no localizada. En los casos más graves, el hipotiroidismo puede conducir a la pérdida de vello corporal, siendo un síntoma característico la pérdida de la cola de la ceja. Este tipo de afecciones suelen resolverse al tratar la causa primaria con un especialista”, añade.
El doctor señala que además hay momentos puntuales en los que las hormonas pueden afectar más a la calidad del cabello. En el embarazo, por ejemplo, el estado del pelo suele ser muy bueno debido a los altos niveles de estrógenos en las mujeres. Sin embargo, hasta el 20% de ellas sufren alteraciones en el cabello durante el postparto a causa de los cambios hormonales.
“La caída del cabello durante el postparto ocurre con mayor frecuencia alrededor del segundo y sexto mes después de dar a luz y suele darse, en mayor medida, en la primigesta, es decir, en mujeres que estén en su primer embarazo”, indica.
La menopausia es otro momento en el que puede producirse la alopecia aunque el doctor especifica que no solo suele deberse a una cuestión hormonal sino que está relacionada con más factores como los inmunitarios.
“En estos casos, normalmente el pelo que se cae se recupera. No obstante, es muy importante acudir al especialista para realizar un diagnóstico diferencial, ya que en ocasiones puede tratarse de una alopecia androgénica con patrón femenino y no de un efluvio. La alopecia androgénica femenina postparto puede desarrollarse o agravarse a raíz de dar a luz”, añade el doctor Leone.
El doctor recomienda acudir a un especialista antes cualquier señal de alerta: clareos, alteración en las líneas de implantación o un aumento de caída del cabello fuera de las temporadas habituales de renovación capilar.
Tratamientos frente a la alopecia
Casos relacionados con las hormonas tiroideas:
El tratamiento principal es solucionar el problema de base con un especialista, normalmente el endocrinólogo. “A posteriori, es recomendable consultar con un médico especialista en salud capilar para comenzar con tratamientos que puedan ayudar a acelerar la recuperación y llevar un control”.
Casos relacionados con el embarazo:
Suele ser un proceso que se resuelve solo, aunque es recomendable consultar con un especialista en salud capilar para controlar el proceso. En el caso de mujeres que realizan lactancia materna, los tratamientos son limitados por el hecho de que la mayoría de los fármacos pasan a la leche materna, “por lo que el único tratamiento en estos casos es la bioestimulación capilar con el plasma de la paciente para intentar frenar la caída y acelerar el proceso de recuperación”.
“También resulta beneficiosa la toma de integradores vitamínicos específicos para la salud capilar, mientras que para aquellas que deciden no dar el pecho se pueden introducir vasodilatadores o fármacos más específicos en función de cada caso”, añade el doctor Leone.
Casos relacionados con la menopausia:
El tratamiento combina el uso de fármacos antiandrógenos y vasodilatadores, además de posibles bioestimulaciones capilares, ajustando la dosis y el tratamiento en función de cada caso, así como valorar la opción de una terapia sustitutiva hormonal consultando con un ginecólogo.
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