Estos son los efectos secundarios de la azitromicina, uno de los antibióticos más vendidos en el mundo

Antibióticos. Fármacos. Blíster. Pastillas.
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Antibióticos. Fármacos. Blíster. Pastillas.

La azitromicina es uno de los antibióticos de amplio espectro (esto es, que sirven para tratar las infecciones causadas por un gran número de cepas bacterianas) más habituales en la práctica clínica.

Con todo, y aunque como cualquier medicamento aprobado se considera que su uso es seguro en las condiciones para las que está indicado, es importante ser prudentes con su consumo y, en el caso de los profesionales, con su prescripción. Por una parte, porque su generalización puede estimular la aparición de cepas resistentes al mismo y, por otra, porque como todo fármaco puede causar una serie de efectos secundarios adversos.

Reacciones adversas

Estas reacciones que pueden aparecer se clasifican en función de la frecuencia con la que se han registrado en los ensayos clínicos realizados para la aprobación del fármaco y en estudios posteriores a la comercialización.

De esta forma, y según recoge el prospecto de un genérico publicado por la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) se sabe que la azitromicina produce muy frecuentemente (a más de una de cada diez personas) diarrea.

Algo más raramente (hasta a una de cada diez personas) puede provocar:

  • Dolor de cabeza.
  • ​Vómitos.
  • ​Dolor abdominal.
  • ​Náuseas.
  • ​Alteración del número de algunos tipos de glóbulos blancos y del bicarbonato en sangre.

Con una frecuencia de hasta una de cada 100 personas se han registrado reacciones como:

  • Candidiasis.
  • ​Infección vaginal (vaginitis).
  • ​Neumonía.
  • ​Infección fúngica.
  • ​Infección bacteriana.
  • ​Inflamación de la garganta (faringitis).
  • ​Malestar estomacal gastroenteritis.
  • ​Falta de respiración, dolor en el pecho, respiración sibilante y tos (trastornos de la respiración).
  • ​Congestión nasal (rinitis).
  • ​Reducción del número de glóbulos blancos.
  • ​Hinchazón de manos y pies.
  • ​Reacciones alérgicas.
  • ​Pérdida de apetito (anorexia).
  • ​Nerviosismo.
  • ​Dificultad para dormir (insomnio).
  • ​Mareos.
  • ​Sensación de somnolencia.
  • ​Cambios en el sentido del gusto.
  • ​Sensación de hormigueo o entumecimiento (parestesia).
  • ​Trastornos de la vista.
  • ​Problemas de audición.
  • ​Sensación de vértigo.
  • ​Palpitaciones.
  • ​Sofocos.
  • ​Dificultad para respirar (disnea).
  • ​Hemorragia nasal.
  • ​Estreñimiento.
  • ​Gases.
  • ​Indigestión.
  • ​Inflamación del revestimiento del estómago (gastritis).
  • Dificultad para tragar (disfagia).
  • Inflamación del estómago.
  • Sequedad de la boca.
  • Eructos.
  • Úlceras bucales (aftas).
  • Aumento de la salivación.
  • Reacciones alérgicas como erupción cutánea, prurito y urticaria.
  • Inflamación de la piel (dermatitis).
  • Sequedad de la piel.
  • Aumento de la sudoración.
  • Dolor, hinchazón y reducción del movimiento en las articulaciones (osteoartritis).
  • Dolor muscular (mialgia).
  • Dolor de espalda y cuello.
  • Dolor o dificultad para orinar.
  • Dolor en la parte inferior de la espalda (dolor renal).
  • Hemorragia menstrual irregular (metrorragia).
  • Trastorno testicular.
  • Debilidad (Astenia).
  • Sensación general de malestar.
  • Cansancio.
  • Hinchazón de la cara.
  • Dolor en el pecho.
  • Fiebre (pirexia).
  • Dolor.
  • Cambios en las enzimas del hígado y valores analíticos en sangre.
  • Aumento de los niveles de urea en sangre.
  • Complicaciones posteriores al procedimiento.

En cambio, con una frecuencia de hasta una de cada mil personas, la azitromicina puede causar: 

  • Sensación de agitación.
  • ​Funcionamiento anormal del hígado.
  • ​Pigmentación amarillenta de la piel o del blanco de los ojos (ictericia).
  • ​Sensibilidad a la luz.
  • ​Pustulosis exantémica generalizada aguda.

Y con frecuencia no conocida:

  • Inflamación del intestino. (colitis pseudomembranosa).
  • ​Disminución del número de plaquetas (trombocitopenia).
  • ​Disminución del número de glóbulos rojos (anemia hemolítica).
  • ​Reacción anafiláctica.
  • ​Agresión.
  • ​Ansiedad.
  • ​Confusión (delirio).
  • ​Alucinaciones.
  • ​Desmayo (síncope).
  • ​Convulsiones.
  • ​Reducción del sentido del tacto (hipostesia).
  • ​Hiperactividad.
  • ​Cambios en el sentido del olfato (anosmia, parosmia).
  • Pérdida del sentido del gusto (ageusia).
  • Exacerbación o agravamiento de la debilidad muscular (miastenia gravis).
  • Pérdida de audición o zumbidos en los oídos (tinnitus).
  • Frecuencia cardíaca rápida (taquicardia ventricular) o irregular, a veces mortal.
  • Cambios en el ritmo cardíaco detectado en electrocardiograma.
  • Disminución de la presión sanguínea.
  • Inflamación del páncreas (pancreatitis).
  • Decoloración de la lengua.
  • Insuficiencia hepática, hepatitis, inflamación del hígado.​
  • Reacción alérgica cutánea (Síndrome de Stevens-Johnson, Necrólisis epidérmica tóxica, eritema multiforme).
  • Dolor en las articulaciones (artralgia).
  • Problemas en los riñones (insuficiencia renal, inflamación renal).
  • Una reacción alérgica que puede incluir fiebre, erupción cutánea, inflamación de las glándulas, aumento de un tipo de glóbulos blancos (eosinofilia) e inflamación de los órganos internos.

Un caso aparte es el del uso de la azitromicina en el tratamiento de las infecciones por Mycobacterium avium complex. En esta instancia particular, los efectos secundarios más comunes (más de una de cada diez personas) son:

  • Diarrea.
  • Dolor abdominal.
  • Náuseas.
  • Gases (flatulencia).
  • Heces blandas.

Los frecuentes (hasta una de cada diez personas) incluyen:

  • Falta de apetito (anorexia).
  • ​Sensación de mareo (mareos).
  • ​Dolor de cabeza. 
  • ​Sensación de hormigueo o entumecimiento (parestesia).
  • ​Cambios en el gusto (disgeusia).
  • ​Disminución visual.
  • ​Sordera.
  • ​Erupción en la piel y picor.
  • ​Dolor en las articulaciones (artralgia).
  • ​Cansancio.

Y, por último, los poco frecuentes son:

  • Reducción de la sensibilidad (hipoestesia).
  • ​Pérdida de audición o zumbido en los oídos (tinnitus).
  • ​Palpitaciones.
  • ​Hepatitis.
  • ​Reacción cutánea grave.
  • ​Sensibilidad a la luz.
  • ​Sensación de malestar general.
  • ​Debilidad (astenia).

La lista puede parecer muy larga, pero lo cierto es que la gran mayoría de estos signos aparecen de manera muy excepcional y son de carácter leve.

Referencias

AEMPS. Prospecto azitromicina ratiopharm 500mg comprimidos dispersables EFG. Consultado online en https://cima.aemps.es/cima/dochtml/p/82366/P_82366.html a 04/07/2022.

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