Estoy embarazada y no puedo dejar de fumar: cómo superar esta adicción tan nociva para el bebé

  • Entre una de cada cinco y una de cada tres fumadoras no abandona el hábito durante el embarazo. 
  • ​Fumar en el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro, enfermedades respiratorias, bajo peso al nacer... 
Muchas mujeres fumadoras continúan con el tabaco en el embarazo.
Entre un 20 y un 30% de las muchas mujeres fumadoras continúan con el tabaco en el embarazo.
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Muchas mujeres fumadoras continúan con el tabaco en el embarazo.

Fumar es uno de los hábitos más nocivos para la salud que existen, pues el consumo de tabaco es el responsable principal de varios tipos de cáncer (pulmón, lengua, vejiga…) y de enfermedades respiratorias como la EPOC. Además, es perjudicial para la circulación, la salud cardiovascular, la piel, los dientes… Y un largo etcétera que merecería un tema aparte.

Además, es especialmente perjudicial para los más vulnerables, que son los niños y bebés, sobre todo los no nacidos. Y es que, fumar durante el embarazo repercute de manera muy negativa en la salud del bebé, tanto a corto como a largo plazo, pues puede causarle daños que perduren toda la vida. Se calcula que alrededor del 25% de las mujeres en edad fértil fuman, y que, una vez se quedan embarazadas, entre un tercio y una de cada cinco continúa con el hábito durante el embarazo. Y es que, aun que la motivación sea grande, dejar una adicción no siempre es fácil.

¿Qué pasa si fumo durante el embarazo?

El consumo de tabaco durante la gestación incrementa de manera muy significativa los riesgos para la salud del feto, incluso si se deja durante los primeros meses. Lo ideal es se deje el hábito una vez se tenga intención de quedarse embarazada, pero si no da tiempo, dejarlo desde el mismo momento en que nos enteramos, pues aunque el daño de las primeras semanas ya está hecho, cuanto más tiempo fumemos, más perjudicaremos al bebé. Aunque es mejor fumar poco que mucho, el tabaco sigue perjudicando por eso, reducir el consumo de tabaco tampoco es buena opción, hay que dejarlo completamente. Y es que, los riesgos a los que exponemos al feto son muy grandes:

•Un mayor riesgo de que tenga bajo peso al nacer.

•Alto riesgo de enfermedades respiratorias en la infancia.

•Más posibilidades de parto prematuro.

•Mayor riesgo de patologías crónicas como diabetes, problemas coronarios y sobrepeso.

•Riesgo de trastornos neurológicos.

•Posibilidad de graves complicaciones perinatales e incluso muerte fetal.

•Anomalías congénitas.

•Aborto espontáneo y de que nazca muerto el bebé.

•Desprendimiento prematuro de placenta y placenta previa.

•El doble de riesgo de muerte súbita.

Claves para dejar de fumar durante el embarazo

La motivación de proteger a un hijo es grande, pero las adicciones son problemas complejos a los que no siempre podemos enfréntenos solos. Para facilitar que una embarazada deje de fumar, hay muchas cosas que se pueden intentar, como recomiendan desde la Guía de autoayuda para la embarazada fumadora, elaborada por la Consejería de salud del Principado de Asturias.

•Pon una fecha para dejar de fumar. Durante los días previos, prepárate mentalmente y elimina toda tentación: tira todo resto de tabaco, ceniceros… cualquier objeto relacionado con el hábito.

•Apunta los motivos por los que quieres dejar de hacerlo y repásalos cuando tengas una tentación o una recaída.

•Prepárate para los ‘efectos secundarios’. La ansiedad será uno de ellos, pero los síntomas que provoca la abstinencia duran apenas unas semanas, entre cuatro y nueve. Por tanto, es falso el mito que asegura que la ansiedad provocada por la abstinencia es peor para el feto que fumar. La ansiedad -y síntomas como nerviosismo, irritabilidad, enfado, insomnio…- no es tan perjudicial como fumar, pero, además, solo durará unas semanas, y un embarazo a término dura 40.

•¿Engordarás? Sí, pero, además de que, si tienes más hambre y comes alimentos bajos en calorías y sanos, como zanahorias, verduras, futas… el aumento de peso no tiene por qué ser significativo, en el embarazo engordarás de todas formas entonces, ¿qué mejor momento para hacerlo sin temer a los kilos de más?

•Apunta las horas y situaciones en las que más sueles fumar y busca alternativas. Por ejemplo, si fumas cuando tomas café, toma una infusión; si fumas después de comer, vete a dar un paseo; mantén las manos y la boca ocupadas realizando tareas con las manos, como cogiendo algo con las manos, pintado tejiendo, leyendo, comiendo un caramelo (sin azúcar), una fruta…

•Pide ayuda a los demás: que te apoyen, que no fumen cerca de ti, prohíbe fumar en casa (a tu pareja también)…

•Prémiate. Cada vez que consigas un objetivo (por ejemplo, un día sin fumar, luego una semana, luego un mes…) prémiate con algo que te guste, y pide que los demás te premien y te feliciten. Piensa que cada día sin fumar es un regalo en forma de salud para tu bebé y para ti.

Si no consigues hacerlo por tu cuenta, pide ayuda en tu centro de salud, donde estarán encantados de ayudarte.

Si lo consigues, ya sea sola o con ayuda, no vuelvas después del embarazo. Además de que también es perjudicial para la lactancia, convertirás a tu hijo en un fumador pasivo y tendrá más probabilidades de convertirse en fumador en el futuro. 

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