"Es importante que no asaltemos a los adolescentes con nuestros miedos ni la presión de que tengan una vida estupenda"

La educadora social Sara Desirée Ruiz, especialista en proyectos socioeducativos dirigidos a personas adolescentes y sus familias, aborda la importancia de potenciar la autoestima en esta etapa en su libro 'Te necesita aunque no lo parezca' (Grijalbo, 2023).
La experta en adolescencia Sara Desirée Ruiz.
La experta en adolescencia Sara Desirée Ruiz.
Grijalbo.
La experta en adolescencia Sara Desirée Ruiz.

Tan temida como inevitable, la adolescencia es una de las etapas más importantes en el desarrollo del ser humano. De ella sabe mucho Sara Desirée Ruiz, educadora social especializada en adolescentes desde hace más de dos décadas. Además, Ruiz cuenta con un perfil de Instagram @adolescencia.sara.desiree.ruiz (con más de 120.000 seguidores) desde el que trabaja por la sensibilización social en esta etapa y ha publicado dos libros sobre el tema: El día que mi hija me llamó 'zorra' y el más reciente Te necesita aunque no lo parezca (Grijalbo, 2023).

En este último, la experta aborda uno de los temas más importantes para los adolescentes, la autoestima, y aporta pautas y recursos prácticos a padres y adultos de referencia para acompañarle en el proceso de descubrir y construir su identidad sobre una base sana. “Se trata de acompañar a las personas adolescentes en el proceso de descubrir quiénes son, de crear una autoimagen que les permita sentirse a gusto en su cuerpo y construir un futuro agradable. Que les permita vivir sin sentir que no encajan o que algo está mal en ellas. Guiarles en el emocionante camino de convertirse en ellas mismas”, añade. De todo ello hablamos en esta entrevista:

¿Por qué la adolescencia tiene tan mala fama a pesar de ser uno de los momentos fundamentales en el desarrollo de una persona?La adolescencia tiene históricamente bastante mala fama, la miramos mal porque desconocemos mucho sus características pero también porque es una etapa super desafiante. Los jóvenes empiezan a detectar nuestras incoherencias, a contestarnos, a descubrir valores que defienden otras familias y no son los mismos que defendemos en casa, empiezan a traer influencias de fuera que a lo mejor nosotros ni siquiera aprobamos… y todo eso nos pone muy nerviosos.

Además, es una etapa muy enérgica, muy potente y a nosotros - que ya estamos en una edad en la que necesitamos tranquilidad y un poco de estabilidad- nos viene de repente toda esa fuerza adolescente a desestabilizarnos y no sabemos, - precisamente porque no conocemos lo que hay que hacer en esta etapa- cómo enfrentarnos a ella en el día a día. Muchas veces los padres tenemos muy poca paciencia, creemos que ya lo hemos hecho todo, que hemos dedicado su infancia a acompañarles y que en esta etapa va a estar todo controlado y no es así.

La adolescencia tiene mala fama porque desconocemos mucho sus características pero también porque es una etapa super desafiante

Este libro facilita muchas de estas herramientas. En cierta manera aporta a los padres un mensaje tranquilizador: que no tengan miedo a la adolescencia porque no es tan complicado acompañarles en esta etapa.Claro que no lo es, porque además es un etapa que puede ser emocionante y bonita si sabemos lo que les pasa y sabemos cómo necesitan que estemos a su lado. Esto es muy importante. Si le quitamos todo ese dramatismo, si intentamos mantener nuestro miedo a raya - que es complicado porque es una etapa de muchos riesgos-, si conseguimos superar todo esto… es una etapa muy bonita. Además va a sentar las bases de lo que luego va a ser nuestra relación con estas personas adolescentes cuando sean personas adultas.

Las familias tienen que animarse a esperar esta etapa con ilusión más que con temor y pavor. Hay cuatro cositas básicas que deben saber y a partir de ahí, trabajar día a día porque la adolescencia - como cualquier etapa de nuestra vida- necesita de que le atendamos diariamente. Que vivan cada día como si fuera una aventura y sin preocuparse demasiado por ese futuro que estamos constantemente nombrando las personas adultas y que las personas adolescentes no pueden entender. Ocupémonos del ‘hoy'. ¿Hoy qué pasa? Hoy hay que ir al instituto pero no le vamos a pegar la bronca porque si no va al instituto luego en el futuro… No, vamos a enfocarnos en el hoy: “vamos a ir a la primera clase, a la segunda… recuerda que tienes voleibol por la tarde". Centrémonos en el día a día y en periodos de tiempo cortitos.

Es un etapa que puede ser emocionante y bonita si sabemos cómo necesitan que estemos a su lado

El tema principal de este libro es la autoestima. ¿Cómo pueden afectar al adolescente los problemas de autoestima y de qué manera se van a extender hasta la vida adulta si no son bien gestionados?La autoestima es la base de la autonomía. Es lo que nos permite salir al mundo y enfrentarnos a él, probar y conocer a personas, y es la base de la construcción de nuestra identidad. Si no tenemos una buena autoestima, después nos cuesta hacer cosas y eso, a la vez, hace que tengamos una mala autoestima porque no nos sentimos capaces de hacer cosas. Así que es bidireccional. Puede ser que nos cueste hacer cosas porque nuestra autoestima no está en el mejor lugar y puede ser que al no tener una buena autoestima nos cueste hacer cosas.

Para explorar en esta etapa y convertirnos en personas autónomas, primero empezamos a mirarnos. Hasta ese momento, en la infancia no nos hemos preocupado mucho de cómo éramos ni cómo éramos en relación a las personas que nos rodeaban o cómo nos valoraban el resto de personas con las que convivimos y en esta etapa empieza a suceder. Es la etapa más autoconsciente de la vida y empezamos a mirarnos y a compararnos. Si las familias no están preparadas para hacer este acompañamiento lo que hacen sin querer es obstaculizar este desarrollo. Empiezan a hacer comentarios sobre su aspecto, sobre las cosas que les gustan, sus intereses, la música que escuchan, las amistades que escogen… Y todo eso va dejando pequeñas huellas que no favorecen para nada el desarrollo de una buena autoestima.

Y es importante lograrla porque en nuestra vida la autoestima nos va a permitir estar mejor, tener relaciones más saludables, una vida más agradable, poder poner límites adecuados… Por eso, como es el periodo de nuestra vida en que la autoestima está más inestable es muy importante que las familias y todas las personas adultas que acompañamos a adolescentes sepamos qué hay que hacer.

¿Qué van a encontrar los padres en este libro y que suma al anterior El día que mi hija me llamó 'zorra’?Primero se van a encontrar con una introducción a la etapa muy breve porque en el libro anterior ya abordaba esto. La idea es poner a los padres y al lector en general en contexto, para que sepamos qué cositas les pasan a los adolescentes, antes de entrar a profundizar en la autoestima y el acompañamiento en el desarrollo de ésta.

Y después van a entrar en un proceso, que además también es un proceso personal, en el que van a revisar cómo está su propia autoestima, y se van a encontrar con muchas pautas. Cosas que pueden hacer en su día a día, que son relativamente sencillas pero que requieren de un esfuerzo porque cuando empezamos a cambiar hábitos comunicativos tenemos que dedicarles un tiempo antes de integrarlos y que formen parte de nosotros. Pautas que les van a ayudar a enfrentarse y detectar lo que les pasa a esas personas adolescentes con la autoestima. Van a saber cómo observar los pensamientos que verbalizan, esos comentarios que hacen sobre su imagen, esas ideas que empiezan a tener y están distorsionadas sobre sí mismas, sobre su imagen y su forma de ser, y van a poder aplicar cosas cuando las detecten.

Me enfoco mucho en que puedan observar estados emocionales, las decisiones que empiezan a tomar, lo que hacen, eso que verbalizan que están pensando… Porque a veces lo que piensan no lo verbalizan pero es importante que si lo verbalizan podamos detectarlo, Y también les explico qué hacer cuando han detectado todas esas cosas. Es importante que tengan a mano herramientas más o menos sencillas porque muchas veces lo que más les cuesta a la familias es llevar esa teoría que encuentran en los libros a la práctica. Además van a poder detectar en qué estado está esa autoestima a través de unas preguntitas, tanto la de las personas adolescentes como la suya propia.

Es natural que un adolescente esté poco comunicativo y además debemos dejar que pase porque es el principio de esa construcción de la identidad

Muchos padres dirán: muy bien estos consejos pero mi hijo está en una etapa en la que ya no tiene intimidad conmigo, desconfía, no me cuenta cosas, solo quiere estar con los amigos… ¿Cómo romper este muro?Esto es natural que pase y además deben dejar que pase porque es el principio de esa construcción de la identidad que van a empezar a explorar y a descubrir en esta etapa. Es algo completamente natural. Esto luego va a transformarse, su relación va a volver a ser más cercana y la comunicación volverá a ser más sencilla en el futuro.

En el libro les explico a los padres que es importante enfocarse en aprender a comunicarse con las personas adolescentes tal y como lo necesitan en este momento para compartir más momentos y que pasen más ratos fuera de su cuarto. Porque el cuarto es la casa del adolescente. Es importante que los progenitores sepan qué hacer para no causar el efecto contrario (hacer que se encierren más y que solo quieran estar fuera de casa) y conseguir que les cueste menos tener diálogo con nosotros sobre sus dudas. Todo esto no se puede hacer como lo hacíamos hasta ahora y hay que cambiar las rutinas de comunicación diarias para favorecerlo.

Los adolescentes necesitan que estemos ahí pero a cierta distancia. Es importante que no reaccionemos siempre a todo lo que vemos

¿Qué necesita un adolescente de los adultos que le acompañan y qué mensajes peligrosos debemos evitar con nuestros hijos?Necesitan que estemos ahí pero a cierta distancia. Es muy importante que observemos y no actuemos de cualquier manera ni que reaccionemos siempre a todo lo que vemos. Es importante que las escuchemos sin juzgar, que las dejemos acabar de explicarnos lo que quieren explicarnos, que intentemos entender que hay detrás de lo que nos están explicando, necesitan que las ayudemos a regular sus emociones porque escalan muy rápido, que les dejemos su espacio para aprender a regular esas emociones también. Necesitan personas que las hagan reflexionar, llegar a sus propias conclusiones y tomar decisiones, ayudarles a descubrir todas las opciones que tienen a su alrededor porque no siempre las conocen…

En un momento de desarrollo cerebral tan complejo les cuesta mucho enlazar ideas, van a veces más lentas, les cuesta llegar a conclusiones cuando están emocionalmente alteradas sobre todo… Es muy importante que tengan personas alrededor que las ayuden a regular esas emociones, a tomar decisiones, a detectar y prevenir las conductas de riesgo, atenderlas cuando ya se han producido y han tenido consecuencias desagradables… Necesitan personas que no las juzguen por ello, sino que las ayuden a entender lo que han vivido para integrar esa experiencia en su historia de vida. Personas que no estén todo el tiempo siendo autoritarias e imponiendo sus opiniones que es lo que solemos hacer mucho las personas adultas.

En definitiva, que las ayudemos a desarrollarse teniendo muy en cuenta cuáles son las necesidades evolutivas de este momento. Que las dejemos explorar, que se vayan a vivir experiencias diversas, que las ayudemos a ordenar lo que están viviendo para que puedan tomar esas decisiones lo mejor posible y entender lo que viven, ayudarles también a discriminar esos mensajes que reciben de fuera porque en este momento de construcción de su autoimagen van a recibir muchos estímulos de la gente que les rodea y de las redes sociales… A los adolescentes les cuesta mucho discernir qué de eso forma parte de ellos y qué parte forma parte de las otras personas y ajustar esas conductas que muchas veces son exageradas para los adultos, que están guiadas muchas veces por sus emociones y por la dificultad que tiene nuestro córtex en esta etapa para controlar la conducta. Necesitan personas que, en definitiva, no obstaculicen su momento de desarrollo, personas cómplices (que no amigas) que les transmitan que entienden lo que están pasando y que están ahí para ayudarlas no para imponer.

Cuanto mayor malestar emocional tiene un adolescente, mayores son las probabilidades de que se arriesgue o haga ciertas cosas que pueden tener consecuencias tremendas

¿Cometemos el error de exigirles demasiado en esta etapa?Las personas adultas tenemos mucha prisa y el mundo también está organizado así, no va a favor de las necesidades de las personas adolescentes que tienen su propio ritmo: van más lentas, tienen que levantarse más temprano de lo que necesitarían para cumplir su ciclo de sueño… Todo está organizado muy poco a favor de que se desarrollen como necesitan en esta etapa. Y entonces los adultos comenzamos a exigirles un montón de cosas, a presionar, a poner nuestros miedos en su día a día, cosas que ellas ni siquiera se pueden plantear aún…

Les estamos poniendo delante un montón de riesgos que las confunden y las asustan, que les impiden explorar o que, al contrario, las lanzan a explorar más. Es muy importante entender que necesitan salir pero también que las protejamos porque les cuesta autroprotegerse en esta etapa e identificar los riesgos. Sin embargo, es muy importante que no las asaltemos con nuestros miedos, nuestras dudas, nuestra presión y necesidad de que tengan una vida estupenda. Porque si las presionamos lo que se acaba generando es que se estresen más y acaban con muchísimo malestar emocional. Yo siempre les digo a las familias que cuanto mayor malestar emocional tiene un adolescente, mayores son las probabilidades de que se arriesgue, de que consuma o haga ciertas cosas que después pueden tener consecuencias tremendas.

Lo interesante es que podamos ayudarles a lo contrario, a desestresarse, algo que les cuesta mucho en este momento y la clave es ir día a día, no poner demasiada atención en un futuro que aún no pueden entender. Nos enfocamos en hoy, en el instituto hoy, en el examen de hoy… Estamos muy obsesionados con el tema de los estudios, constantemente ponemos el foco ahí, y nos olvidamos de muchas otras cosas como puede ser la autoimagen.

¿Y cómo conseguimos que creen una autoimagen más saludable?Pues lo podemos hacer día a día, reconociendo sus esfuerzos. Aunque para nosotros no sea un esfuerzo que se levanten cada día a las siete de la mañana para un adolescente es un logro brutal. Ir reconociendo sus esfuerzos diarios. Es importante que estemos atentos a los mensajes que reciben del exterior, que entiendan con cuáles deben quedarse y con cuales no, que las ayudemos a entender el estado emocional en el que están y que les mandemos el mensaje de que eso que sienten en este momento no lo van a sentir para siempre. Ayudarles a identificar entre esas cosas que se están diciendo las que no son sanas: que si soy una vaga, que si tengo la nariz así o asá… A lo mejor no es vaga esa adolescente sino que le está costando ponerse por algún motivo. El libro está lleno de fórmulas que los padres pueden utilizar para darles perspectiva cuando empiezan a hablarse mal, para enfocarse en sus cualidades, verbalizar las cosas que se les dan bien, dejar que hagan las cosas aunque se equivoquen, aunque no las hagan rápido o como a nosotros nos gustan. Hay que valorarlo cuando lo hagan porque tenemos muchas oportunidades cada día en casa de ayudarles.

Portada de 'Te necesita aunque no lo parezca' de Sara Desirée Ruiz.
Portada de 'Te necesita aunque no lo parezca' de Sara Desirée Ruiz.
Grijalbo.
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