El dolor de espalda, en concreto de la región lumbar, es el tipo más común de dolor crónico y la primera causa de incapacidad. Padecer este dolor provoca un impacto enorme en la vida diaria del individuo, en las actividades laborales y en el consumo de recursos sanitarios.
DR. MARIO SIERRA
- Neurocirujano de Instituto Clavel Madrid
Desde hace varios años, la actividad física se ha perfilado como uno de los pilares fundamentales en el tratamiento de este dolor. Sin embargo, no toda actividad física es beneficiosa para esta enfermedad.
¿Todos los ejercicios son beneficiosos para el dolor lumbar?
Al hablar de dolor lumbar, debemos tener en cuenta que no todos los ejercicios son beneficiosos para tratar el dolor lumbar o prevenirlo. Se deben diferenciar dos tipos de ejercicios: los ejercicios de bajo impacto y los de alto impacto.
Ejercicios de alto impacto para la zona lumbar
Los ejercicios de alto impacto son aquellos en los que, durante su ejecución, los dos pies despegan del suelo, lo que transmite a la columna un impacto adicional.
Son ejemplos típicos de estos ejercicios los deportes de lucha (boxeo, taekwondo, karate…) tenis, running o crossfit.
Ejercicios de bajo impacto en la zona lumbar
Los ejercicios de bajo impacto, por el contrario, aumentan el ritmo cardíaco gradualmente y ejercen menos presión sobre las articulaciones en comparación con los ejercicios de alto impacto, por lo que son más beneficiosos en el tratamiento de esta enfermedad. Natación, pilates, yoga y otros que veremos más adelante son ejemplos de este tipo de ejercicios.
Tipos de ejercicios de bajo impacto
Debemos dividir los ejercicios de bajo impacto en varios grupos según el objetivo que persiguen.
1. Mind-body exercises (ejercicios cuerpo-mente), son los ejercicios encaminados a coordinar el movimiento corporal con la capacidad de mantener la atención y el control de la respiración. Dentro de este grupo se encuentran el yoga, Pilates, Tai Chi o natación.
2. Ejercicios de control motor, ejercicios encaminados a activar músculos del tronco para mejorar control y coordinación de columna y pelvis.
3. Aeróbicos, basados en la mejora de la eficiencia y capacidad del sistema cardiorrespiratorio. En este grupo entran ejercicios como marcha o ciclismo.
4. Entrenamientos de fuerza/resistencia, cuyo objetivo es crecimiento muscular con métodos isométricos, estáticos o pasivos. Levantamiento de pesos, subir escaleras o sentadillas son algunos de los ejercicios de esta categoría.
Estos cuatro grupos no son los únicos grupos de ejercicio que existen, pero comprenden la mayoría de los ejercicios de bajo impacto que suelen recomendarse en el dolor lumbar.
Beneficio de los ejercicios de bajo impacto
Se han publicado numerosos estudios sobre el impacto del ejercicio en el dolor lumbar, así como varias revisiones del tema por expertos.
Se considera que, para el dolor lumbar, tanto agudo como crónico, hay un beneficio directo entre ejercicio físico y mejoría en dolor percibido e incapacidad producida.
Si hablamos del control del dolor, los últimos estudios publicados demuestran que pilates es el método más efectivo en este campo. Así mismo otros “ejercicios cuerpo-mente” o ejercicios de control motor del tronco (o Core como se conoce en el mundo deportivo).
En cuanto a la incapacidad producida por el dolor lumbar, de nuevo pilates es el ejercicio más recomendado seguido de ejercicios para control motor del Core y aeróbicos. Sin embargo, el beneficio del ejercicio no se reduce en control del dolor o mejorar la funcionalidad del individuo.
El dolor y el modo en el que es percibido por la persona está influenciado en gran medida por la depresión y ansiedad generadas al verse limitado para las actividades cotidianas.
La evidencia científica demuestra que los ejercicios que mejor ayudan a mantener una buena salud mental son los aeróbicos y entrenamientos de resistencia.
Planes de entrenamiento
Por último, es igual de importante el tipo de ejercicio que se practica como la constancia a la hora de realizar el mismo.
Según los estudios publicados, los programas que más benefician al dolor lumbar son 1 a 2 sesiones por semana de Pilates o ejercicios de resistencia, sesiones de al menos 60 minutos de entrenamiento de Core o ejercicios “cuerpo-mente” o programas de entrenamiento que duren entre 3-9 semanas.
Sin embargo, estos datos no deben ser tomados como norma. El futuro del ejercicio como forma de tratamiento en esta enfermedad debe estar encaminada al diseño de programas específicos para cada persona.
El mayor beneficio se consigue cuando se adapta el entrenamiento a las características del paciente en cuanto a edad, condición física y enfermedades previas. Además, deberían estar supervisadas y realizadas de forma progresiva para alcanzar metas mayores con la práctica.
No debe olvidarse que el ejercicio no sustituye, sino que complementa otros tratamientos del dolor lumbar como los analgésicos o fisioterapia.
Desde el Instituto Clavel, recomendamos a todas las personas que padecen de dolor lumbar o que quieran evitar su aparición, ponerse en manos de especialistas médicos, fisioterapeutas y deportivos para desarrollar la mejor estrategia en cada caso.
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