La variante B.1.526 o Iota —también conocida como neoyorkina— ha adquirido presencia en España desde que se detectaran los primeros casos de infectados en el país durante el pasado abril.
No obstante, según han explicado fuentes del Ministerio de Sanidad a 20minutos, "el impacto no supera el 1 % en la mayoría de las semanas". Pese a esa baja incidencia, las cifras muestran que siempre ha habido un infectado por la variante B.1.526 en territorio español en las semanas comprendidas desde el 19 de abril hasta el 6 de junio.
Al hilo, se han detectado casos en diferentes comunidades, pero "el número de casos es pequeño, lo que impide extraer conclusiones sobre los grupos de edad afectados", han declarado.
Asimismo, las vacunas con más efectividad ante la variante neoyorkina del coronavirus son la "ARNm de Pfizer y Moderna, con resultados positivos en los estudios publicados", según ha informado la misma fuente del Ministerio.
Pese a que la primera aparición de esta variante se notificó en noviembre de 2020, fue en el pasado febrero cuando los investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) alertaron de un incremento sustancial de casos infectados por esta variante de coronavirus, llegando a suponer uno de cada cuatro casos de COVID-19 en Nueva York.
"El origen de una variantes es algo siempre difícil de determinar, ya que la primera detección se realiza en lugares con una buena capacidad de secuenciación", han agregado.
Por ello, su fuerte expansión en febrero puede deberse a "varios motivos como su propia transmisibilidad, las propias circunstancias epidemiológicas que provocan que una variante tome ventaja frente a otra, haberse visto implicada en un evento superdiseminador o que haya numerosas reintroducciones desde un área con mayor prevalencia de dicha variante".
De esta variante se conocen dos mutaciones relevantes con particularidades diferentes. La mutación S477N puede provocar que el virus se una a las células humanas con más fuerza mientras que la mutación E484K facilita que el virus evada los anticuerpos.
De esas dos mutaciones, la más destacable es la E484K, que "está relacionada con una posible reducción de la capacidad de neutralización por los anticuerpos", indican desde el Ministerio.
Sin embargo, esta variante no ha sido la mayoritaria en infectados por COVID-19 en territorio español, siendo menos los casos de enfermos por Iota que por otras variantes como Gamma, Delta, Beta o Alfa.
En relación, la misma fuente ha explicado que "según los estudios preliminares, las infecciones por esta variante no estarían asociadas a mayor gravedad ni letalidad", considerada de menor notoriedad respecto a las otras variantes citadas anteriormente.
Así queda constatado en la nueva actualización de la situación epidemiológica de las variantes de SARS-CoV-2 de mayor impacto e interés en salud pública en España, elaborada por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
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