Visión doble, parálisis... todo sobre el botulismo y el brote que ha provocado una alerta sanitaria en Europa

Imagen de la bacteria Clostridium Botilunum, que causa el botulismo.
Imagen de la bacteria Clostridium Botilunum, que causa el botulismo.
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Imagen de la bacteria Clostridium Botilunum, que causa el botulismo.

La bacteria Clostridium botulinum es una bacteria anaeróbica (sólo se desarrolla en ausencia de oxígeno) gran positiva cuya relación con el botulismo se estableció a finales del siglo XIX. 

Salvador Mut

Salvador Mut

  • Farmacéutico y director del Máster Universitario en Bioética de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

Dos microbiólogos, uno belga (Emile P. van Ermengem) y uno alemán (Wilhelm Kempner), demostraron que el botulismo lo causaba la toxina que producía un bacilo anaerobio, al conseguir reproducir en animales los signos de la enfermedad a partir de un filtrado del cultivo de la bacteria libre tanto de bacilos como de esporas.

La toxina botulínica es una proteína formada por dos cadenas de aminoácidos, una de mayor tamaño, cadena pesada o cadena H, y la otra de menor tamaño, cadena ligera o cadena L. Ambas cadenas están unidas entre sí, y en la naturaleza se encuentra ligada a proteínas.

Tipos de toxina

Se han identificado hasta 8 tipos de toxina inmunológicamente diferentes, que se denominan con letras, desde la A hasta la H. Todas ellas actúan a nivel de la unión neuromuscular, bloqueando la liberación de la acetilcolina, un neurotransmisor necesario para la contracción muscular. 

Parálisis muscular temporal

Por ello el efecto que producen es una parálisis muscular temporal de origen químico sin que haya lesión física. La parálisis de la unión neuromuscular provoca los diferentes síntomas del botulismo en función de dónde se localiza dicha parálisis.

La toxina botulínica es una de las toxinas más letales que existen, se ha estimado que la dosis letal en seres humanos sería de 0,09 a 70 microgramos en función de la vía de administración empleada (1 microgramo son 0,000001 gramos).

Diferentes patologías

Aunque hasta ahora nos hemos referido al botulismo como si fuera una única patología, existen diferentes variedades de esta patología, la más conocida es el botulismo de transmisión alimentaria, además encontramos también el botulismo intestinal que afecta a lactantes y el botulismo por heridas. Existen otras dos formas de botulismo, pero no se dan de manera natural, el botulismo por inhalación, asociado al bioterrorismo, y el botulismo iatrogénico asociado al empleo de la toxina botulínica como tratamiento médico.

Síntomas: dificultad al respirar, visión doble...

El botulismo alimentario se produce por la ingestión de la toxina que ha producido la bacteria en alimentos enlatados contaminados, los síntomas aparecen a las 12-36 horas de la ingesta y produce dificultades para ingerir y hablar, debilidad facial, visión doble o borrosa, caída de los párpados, dificultad para respirar, síntomas gastrointestinales que incluyen calambres abdominales y parálisis.

El botulismo intestinal en lactantes se produce por la ingestión de esporas de la bacteria que germinan en el intestino y producen la toxina. Los síntomas se inician entre las 18 y 36 horas después de la ingesta de las esporas y suelen debutar con estreñimiento, seguido de debilidad muscular que se manifiesta sobre todo con dificultad de controlar la cabeza, llanto débil, babeo, caída de los párpados, problemas de succión y parálisis.

El botulismo por heridas se produce cuando una herida se contamina por el bacilo y los síntomas aparecen a los diez días e incluyen dificultades para ingerir y hablar, debilidad facial, visión doble o borrosa, caída de los párpados, dificultad para respirar y parálisis.

El botulismo iatrogénico consiste en la aparición de efectos secundarios más o menos graves (dolor de cabeza, parálisis facial o debilidad muscular) cuando se emplea la toxina botulínica como tratamiento médico.

Botulismo en Turquía y alerta sanitaria

Dolor de estómago
Dolor de estómago
Yuri Arcurs peopleimages.com

El brote de botulismo ocurrido en Turquía es un brote de botulismo iatrogénico, según el centro para la prevención y el control de las enfermedades en Europa (ECDC) desde el pasado 22 de febrero y hasta el 10 de marzo de 2023 se han declarado 67 casos de botulismo ligados a la administración de inyecciones intragástricas de toxina botulínica. La información disponible indica que todos los pacientes se habían sometido a intervenciones dirigidas a ayudarles a perder peso en 2 clínicas privadas turcas, una en Estambul, asociada a 60 casos, y la otra en Izmir asociada a 3 casos.

Pacientes con síntomas de moderados a graves

Los síntomas que han presentado estos 67 pacientes han variado desde moderados a graves, y numerosos de ellos han necesitado de ingreso hospitalario. Además, entre los pacientes hospitalizados algunos han necesitados atención en las unidades de cuidados intensivos, y han necesitado tratamiento con la antitoxina botulínica. El ECDC recomienda encarecidamente a cualquier paciente que haya viajado tanto a Estambul como a Izmir para recibir tratamiento intragástrico con toxina botulínica para adelgazar que se pongan en contacto con sus profesionales de la salud, especialmente si experimentan síntomas como debilidad muscular y dificultades para ingerir y/o respirar.

El ECDC y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) recuerdan que la toxina botulínica es un tratamiento aprobado tanto a nivel cosmético (por ejemplo, para reducir las líneas de expresión) como a nivel médico (por ejemplo, para el tratamiento de la espasticidad muscular). Pero, aunque los productos empleados en estas dos clínicas privadas turcas cuentan el correspondiente registro a nivel europeo, no están autorizados para el tratamiento de la obesidad mediante inyección intragástrica. Por lo que los departamentos de ambas clínicas han visto suspendidas sus actividades y se han iniciado las oportunas investigaciones para depurar las responsabilidades.

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