¿El porno NO mola es un libro para niños y adolescentes que también deben leer los padres?Va dirigido a chicos y chicas a partir de once años, porque queremos que sepan qué es el porno y cómo les afectará antes de que empiecen a masturbarse con él, para que así puedan tomar sus propias decisiones. Pero también recomendamos que lo lean los padres y madres y los profesionales que trabajan con menores de todas las edades para que puedan entender lo que está pasando y actuar para ponerle remedio.

La proliferación de porno en internet es una plaga a la que difícilmente se va a poder poner muros si no es con la concienciación individual y, por extensión, de cada familia. Vosotras lo expresáis con una frase del terapeuta del futuro Ed Sex: “en el pasado no supimos protegerte del porno”. ¿Cuáles son las principales pautas deben seguir los padres para proteger a sus hijos?En primer lugar, deben instalar una buena aplicación de control parental en todos los dispositivos que usan sus hijos e hijas. No solo los de casa, sino también los que usan en casa de los abuelos, por ejemplo. Por otro lado, los más pequeños no deberían usar dispositivos conectados a internet sin un adulto al lado, que seleccione qué es adecuado que vea y qué no y comente lo que aparezca. A partir de los once años, ya toca hablar con ellos sobre el porno, porque aunque en casa no lo vean, los compañeros de clase ya están hablando sobre sexo desde la visión que les ha transmitido el porno.

Hay gente que opina que la curiosidad por el porno la hemos tenido siempre - aunque el acceso fuera diferente y mucho menor en proporción de consumo: revistas, películas…- ¿Qué le diríais a los que se excusan con este argumento?La curiosidad por la sexualidad es natural y buena, porque nos insta a aprender sobre un aspecto básico de los seres humanos. El problema que tenemos es que las familias y los centros educativos siguen sin dar respuesta a las necesidades de educación sexual que tienen los menores, de modo que estos siguen buscando respuestas en el lugar equivocado: en el porno.

¿Cuáles son los principales peligros de esta sobreexposición audiovisual de porno para los menores y cómo puede afectarles en su vida adulta?El principal peligro es que aprenden una manera irreal de tener relaciones sexuales, con altas dosis de violencia sexual contra las mujeres. Este modelo sexual no sirve para construir una sexualidad placentera, sana, respetuosa y segura. Pero es que el porno no solo se convierte en su manual de educación sexual sino que transforma su imaginario sexual, su deseo, lo que les excita y les gusta. Finalmente, el porno está causando problemas sexuales en la autoimagen, la respuesta sexual, la masturbación y las relaciones sexuales.

Una gran proporción de chavales piensa que esta es la única manera de aprender cosas sobre sexualidad (de hecho para la mayoría el porno es su primer contacto con el sexo), ¿cómo le desmontaríais esta creencia?Debemos ofrecerles otras fuentes de educación sexual. La fuente principal debería ser, en primer lugar, su familia y, en segundo lugar, la escuela. Los libros de educación sexual son una muy buena fuente porque permiten una reflexión serena y un sitio donde volver siempre que tengan dudas. Leerlos con sus padres facilita las conversaciones sobre este tema.

¿Cómo debemos abordar las tan temidas conversaciones sobre sexo con nuestros hijos?Lo ideal es empezar a hablar de sexualidad con los hijos e hijas desde los primeros años de vida: nombrando las diferentes partes de los genitales o explicando cómo se hacen los bebés (concepción, gestación, nacimiento y lactancia). A esas edades no tienen vergüenza y resulta muy fácil. Si desde que son pequeños han aprendido que la sexualidad no es un tema tabú en su casa, cuando sean mayores nos será mucho más fácil abordar temas complicados como el del porno. Pero si en tu casa sigue siendo un tema tabú y ya son mayores, abórdalo directamente asumiendo que al principio todos estaréis nerviosos.

¿Y cómo le recomendáis a los niños que lo hablen con sus padres?A los chicos y chicas siempre les digo que deben echarles un cable a sus padres, porque sus mayores quieren darles una buena educación sexual pero no saben cómo hacerlo. Uno de los objetivos de El porno NO mola es que los hijos puedan contar a sus padres todas las cosas malas que les pasan en internet y que viven en silencio y con una profunda soledad.

El mensaje positivo del libro es que todos podemos ‘reprogramarnos’, ¿cuál es el camino para salir de las ‘garras’ del porno?Las personas que han consumido habitualmente porno pueden reprogramar su deseo e irlo limpiando del imaginario del porno. No es una tarea fácil ni rápida, pero se puede hacer.

El presidente del gobierno Pedro Sánchez anunció hace unos días un programa de bloqueo al porno para proteger a los menores, ¿qué os parece su propuesta? ¿Y qué creéis que debería incluir necesariamente?Me parece una propuesta urgente y necesaria que debería conseguir minimizar muchísimo la exposición de los menores a este tipo de contenidos, retrasando la edad de primer contacto y reduciendo el consumo a partir de la pubertad. La protección de los menores debe ser igual en el mundo offline que en el online.

De todos vuestros libros, ¿este es el que más os ha costado abordar o por el contrario pensabais que ya era hora de dar un paso al frente para revertir la situación?Nuestros libros siempre tocan temas delicados y tabú para nuestra cultura, de modo que estamos acostumbradas a cuidar todos los detalles para que los lectores y sus familias se sientan cómodos y seguros leyéndolos. Sin embargo, este ha sido el más difícil porque nuestro reto era abordar de forma directa y clara el tema del porno y la violencia sexual sin introducir el imaginario del porno ni dañar la sexualidad de los que aún no lo han visto. Creo que lo hemos conseguido y la gran acogida que está teniendo el libro es una buena muestra de ello.