Los españoles gastamos unos 2.700 euros al año en nuestra salud, de los que aproximadamente 1.500 euros los pone la sanidad pública. Este gasto nos coloca algo por debajo de la media de los países de la OCDE ybastante lejos del líder de la clasificación, EEUU (con 8.000 euros de gasto total per cápita, de los que el Estado paga unos 3.900 pese a la deficiente cobertura). Pero el dato de España sigue siendo mareante:  68.000 millones de euros en global, ni más ni menos que el 14% del gasto público.

Solo estos números justificarían de sobra la búsqueda de iniciativas que promuevan la prevención en el ámbito de la salud, frente al foco en la clásica medicina de curación/intervención cuando ya hemos enfermado. Pero aún más lo justifica nuestro propio bienestar: ¿quién no firmaría por evitar en lo posible entrar en el hospital? Una nueva revolución en nuestras vidas y nuestra sociedad que está llegando -también esta vez- de la mano de las nuevas tecnologías.

La nueva ‘industria’ de salud electrónica (eHealth) hace uso de las nuevas tecnologías de big data, sensores, inteligencia artificial o comunicaciones móviles para proponer una nueva 'medicina de las 4 P': Preventiva, Personalizada, Participativa y Predictiva. Se trata de que, en lugar de hacernos un chequeo al año (¡los que lo hacen!), se recoja información de nuestras constantes y situación de forma permanente y mucho más barata. Y que gracias al conocimiento generado a partir del tratamiento anónimo de datos de millones de individuos, se pueda detectar un posible riesgo para la salud antes de que este se produzca. Por parte de nuestro doctor, o de nosotros mismos.

Hace algo más de dos años, el científico holandés Lucien Engelen, autor de un artículo sobre el futuro de la sanidad editado por BBVA OpenMind,  nos mostraba en Madrid el parche que llevaba pegado en el pecho: "Aquí está mi pulso, mi ritmo de respiración, mi temperatura corporal… y esta información se puede enviar a través de internet a mis colegas en Holanda. Con el uso de la tecnología que está disponible por unos cientos de euros, básicamente estamos haciendo lo mismo que con grandes sistemas que pueden costar decenas de miles de euros. Esto supone una oportunidad para monitorizar a pacientes en sus propias casas o darles el alta antes para que vuelvan a sus hogares".

Hoy la tecnología se ha simplificado y abaratado incluso más, lo que está promoviendo la multiplicación de nuevas aplicaciones de eHealth que se integran en todo tipo de objetos y dispositivos a nuestro alrededor. Como el entrenador personal virtual Vi, para runners, que desde unos auriculares recoge información vital y de movimiento en nuestra carrera y da instrucciones sobre la marcha para mejorar el rendimiento o evitar lesiones. O para públicos/momentos muy distintos, el cojín Darma, que monitoriza el tiempo que pasamos sentados, nuestra postura en la silla o el grado de estrés; y nos enseña a sentarnos mejor. O, en una aplicación aún más sencilla, los parches de usar y tirar de La Roche-Posay que miden la exposición a rayos UV de nuestra piel y nos dan recomendaciones de cuidados desde el móvil.

La nueva tecnología de salud no solo trae beneficios a ciudadanos como nosotros, que aunque podamos ir al hospital, preferimos no hacerlo. También está ofreciendo soluciones a ciudadanos que, aunque querrían ir al hospital, no pueden. Como el ‘iBreastExam’, un pequeño aparato que permite realizar sencillos escáneres de mama por parte de cualquier médico o auxiliar en un centro de salud, ofreciendo resultados al instante y enviando la información al hospital más cercano. Con tecnología de sensores de la Universidad de Filadelfia (que detecta los cambios en la elasticidad de los tejidos provocados por un tumor), el iBreastExam ha sido desarrollado en la India, donde solo hay un radiólogo por cada 100.000 habitantes y los hospitales -en muchas ocasiones- se encuentran demasiado lejos.