Lo normal es que este domingo cientos de miles de catalanes traten de participar en la consulta separatista que ha promovido el Govern y que ha sido declarada ilegal por el Tribunal Constitucional. Y lo normal, también, es que miles de agentes de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía y de los Mossos d’Esquadra impidan la celebración de dicha consulta. Ojalá no haya que lamentar ningún enfrentamiento. Y lo normal también es que al menos la mitad de los catalanes no participe en este referéndum. Lo que no habrá, en todo caso, es una votación con garantías. El independentismo pretende dar un golpe de efecto para lograr un fuerte impacto a nivel internacional. Creen que así forzarán al Estado español a pactar una consulta separatista, pese a que la UE y Estados Unidos han dejado claro su apoyo a la Constitución Española. Con esta huida hacia adelante, Puigdemont y Junqueras, tutelados por la CUP, han cruzado una línea muy peligrosa que va a facturar todavía más a la sociedad catalana. Declarar la independencia de forma unilateral sería la culminación de un despropósito mayúsculo. A partir del día 2 de octubre, el Gobierno de España y el de Cataluña deberían empezar a trabajar en busca de un acuerdo. Y si Puigdemont no quiere el acuerdo, que convoque elecciones autonómicas y que los catalanes, todos, puedan votar con garantías.
OPINIÓN29.09.2017 - 06:16h
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios