Este no quiero que sea un artículo más sobre feminismo o igualdad. Porque este tampoco es un 8 de marzo más. Apostar por la igualdad entre hombres y mujeres no puede quedarse en un lema, o en una celebración cada 8 de marzo. Harto de denunciar la discriminación en la vida cotidiana o de concentrarnos por cada nueva muerte de una mujer a manos de su pareja o expareja, desde el Ayuntamiento, pensamos que había que pasar a la acción. Y así lo hemos hecho en estos años en València.

Cada mujer muerta, cada mujer víctima de la violencia física en su ámbito familiar o a manos de su expareja no puede ser un número más en una estadística. Por eso, hemos puesto en marcha la asistencia personalizada a las mujeres supervivientes y a sus hijos e hijas, y hemos reforzado el Grupo Gamma de la Policía Local.

Invisibilizar a la mitad de la población mundial es síntoma de una sociedad enferma. Y por eso incorporamos nombres de mujeres a las calles de València. Y por primera vez nuestra ciudad cuenta cada año con un programa de actividades completo para celebrar y reivindicar el 8 de marzo, y el 25 de noviembre, fecha emblemática en la lucha contra la violencia machista. Y hemos señalado las actitudes machistas de cada día con campañas continuas.

¿Verdad que el trabajo por la igualdad se tiene que premiar? Pues esto hemos hecho desde el Ayuntamiento: incentivar la investigación universitaria en el ámbito de la igualdad, así como la literatura con el Premi Beatriu Civera, y en las fallas con el Premi Caliu.

Por cierto, muchas mujeres se ven acosadas en espacios de ocio y de fiesta. Los Puntos Violeta que hemos instalado en las calles de València durante estas Fallas pretenden ser un punto de denuncia y de apoyo ante cualquier agresión.

El ámbito laboral es uno de los más duros para la igualdad real, con salarios desiguales y un paro que se ceba especialmente sobre ellas. ¿Qué hemos hecho para evitarlo? Programas de inserción sociolaboral a los colectivos de mujeres más vulnerables y una atención específica a mujeres en situación de exclusión social.

Desde la escuela, a l@s más pequeñ@s, se tendría que formar en igualdad... ¿Cuántas veces lo hemos oído? Y el Ayuntamiento ha puesto en marcha el Programa educativo de igualdad en las aulas e incentivado el regalo de juguetes no sexistas.

Finalmente, tengo la convicción que en una sociedad democrática no caben mensajes de odio... Por eso hemos impedido la entrada en la ciudad del autobús de una plataforma ultra que solo pretendía generar odio hacia las mujeres. València quiere ser una ciudad igualitaria y libre de machismo. Por eso pasamos a la acción. Feliz y reivindicativo 8 de marzo.