"Tampoco quiero pertenecer a un ayuntamiento chapuzas". Esta lapidaria frase fue dicha la semana pasada nada menos que por la portavoz del Gobierno local y del grupo socialista, Sandra Gómez, teniente de alcalde de Economía y Turismo. Su enfado fue mayúsculo tras conocer por la prensa que el edil valenciano de Movilidad, Giuseppe Grezzi, de Compromís, quiere peatonalizar parcialmente la plaza del Ayuntamiento con una actuación "blanda" en 2018 como frase previa para la reurbanización definitiva.

"No vamos a peatonalizar la plaza del Ayuntamiento con maceteros", añadió Gomez, para quien el nuevo conflicto con Grezzi obedece a una cuestión de formas y no de fondo. Sin embargo, algo de fondo, de trasfondo, mejor dicho, sí que hay. Porque no es la primera vez que el PSPV asoma la cabeza en busca de visibilidad en la acción de Gobierno, bien para marcar distancias o para denunciar desinformación. Sucedió con la prohibición de aparcar en el carril-bus de noche, con los conciertos en la falla municipal, con el IBI...

En todos los casos, el alcalde Ribó acaba poniendo paz y quitando hierro. Una actitud que, por cierto, le da una imagen de moderado y conciliador. Veremos más encontronazos conforme se acerquen las elecciones de 2019. De forma y de fondo. Al tiempo.