OPINIÓN

Defiende RTVE

Carlos G. Miranda.
Carlos G. Miranda.
CARLOS G. MIRANDA
Carlos G. Miranda.

Érase una vez un reino en el que el partido en el poder elegía a un presidente de RTVE de su cuerda para que manejara el chiringo a su antojo. Ese cuento se repetía y se repetía, hasta que Zapatero, aquel presidente que tan mal lo hizo todo, consiguió algo inédito: que una mayoría parlamentaria cualificada tuviera que ponerse de acuerdo para elegir al consejo de administración de RTVE, garantizando así su independencia.

De ese cambio salió Fran Llorente, el ex director de informativos del que solo hablan mal los políticos a los que colgaba el teléfono cuando le decían lo que era o no noticia. Quizás algunos del PP estaban entre ellos porque el partido de Rajoy, en cuanto tuvo la mayoría absoluta, dio un paso atrás para volver a elegir por colegueo.

Por suerte, los cuentos admiten reescrituras y, en su legislatura sin mayoría absoluta, al PP le ha tocado aguantar que se diera marcha atrás en la ley y se vuelva a elegir por consenso la presidencia de RTVE. Sobre el cómo, PSOE, Ciudadanos y Podemos llegaron a la conclusión de que un concurso público sonaba bien. La propuesta tenía que llegar a la mesa conjunta, pero el PP ha ido retrasándolo; primero dijeron que había mucho lío con Cataluña y luego que el documento debió caer en spam porque no les había llegado. Tras mucho tuit de trabajadores de RTVE preguntando por su futuro, Ana Pastor convocó la mesa extraordinaria para ver el tema el jueves (un día después de la visita del Consejo de Informativos a la Comisión de Peticiones de la Eurocámara, en Bruselas, para denunciar la situación). En el aire, la posibilidad de que el PP aprovecharía la mayoría absoluta del Senado para bloquearlo, quizás porque el control de la televisión pública es demasiado goloso como para perderlo, pero el caso es que no es suyo. Es un servicio público de todos y para todos.

El problema es que esta lucha sólo la pelean los trabajadores de RTVE porque nadie más cree que este cuento puede cambiar. Solo ellos tuiteaban ayer que #HoyPuedeSerUnGranDía. En la calle, hemos asumido que tenemos que pagar por programas de calidad discutible, series que ya hemos visto mil veces o informaciones contadas a medias. Nos hemos creído que nuestro dinero no es para que lo que se emite se decida teniéndonos en cuenta. A todos.

La televisión pública tiene que estar a nuestro servicio y representar a los de una cuerda y a los de la otra. Una programación para los de los deportes, los de la telenovela, los de las películas subtituladas y los de las misas. Debe ser sinónimo de pluralidad y tenemos que defenderla todos de la misma manera. Decir juntos que no queremos que nos cuenten un cuento. Queremos que nos los cuenten todos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento