Los que peinamos canas aún recordamos la figura del sereno con su gabán, la gorra de plato, un chuzo y el silbato. ¡Sereno! Gritaban algunos para que les abriera el portal. Otros, en cambio, daban palmas hasta que oían el golpeo de la garrota sobre los adoquines o el tintineo del manojo de llaves.
Cuentan que el nombre de este viejo oficio se debe a que, noche tras noche, cantaban por las calles la hora y el tiempo. ‘Las doce en punto y sereno, la una en punto y...’ Pocos días antes de Navidad felicitaban las fiestas a los vecinos con estampillas impresas; aguardaban un detalle en forma de aguinaldo. Eran otros tiempos.
Y así hasta 1977, año en que los serenos desaparecieron del panorama. Recientemente, algunos ayuntamientos han decidido resucitar su figura adecuando sus funciones a las necesidades de nuestro tiempo. Hace un par de años Santa Coloma de Gramenet impulsó una iniciativa en este sentido.
Los nuevos serenos son agentes cívicos -no policías- que al caer la noche vigilan, ayudan, acompañan, detectan y supervisan el buen funcionamiento de la ciudad.
Los buenos resultados han sido espectaculares y bien valorados por la ciudadanía. Los nuevos serenos son agentes cívicos -no policías- que al caer la noche vigilan, ayudan, acompañan, detectan y supervisan el buen funcionamiento de la ciudad.
Cornellà también se ha puesto manos a la obra. Siete personas, cuatro hombres y tres mujeres, patean todos los días el asfalto de la ciudad de once de la noche a seis de la mañana. Lo hacen en coordinación con la Policía Local prestando atención especial a las necesidades y urgencias de mujeres y personas mayores. Ojalá cunda el ejemplo.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios