Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

¡Sereno!

Imagen de un sereno a principios del siglo XX.
Imagen de un sereno a principios del siglo XX.
Wikipedia
Imagen de un sereno a principios del siglo XX.

Los que peinamos canas aún recordamos la figura del sereno con su gabán, la gorra de plato, un chuzo y el silbato. ¡Sereno! Gritaban algunos para que les abriera el portal. Otros, en cambio, daban palmas hasta que oían el golpeo de la garrota sobre los adoquines o el tintineo del manojo de llaves. 

Cuentan que el nombre de este viejo oficio se debe a que, noche tras noche, cantaban por las calles la hora y el tiempo. ‘Las doce en punto y sereno, la una en punto y...’ Pocos días antes de Navidad felicitaban las fiestas a los vecinos con estampillas impresas; aguardaban un detalle en forma de aguinaldo. Eran otros tiempos. 

Y así hasta 1977, año en que los serenos desaparecieron del panorama. Recientemente, algunos ayuntamientos han decidido resucitar su figura adecuando sus funciones a las necesidades de nuestro tiempo. Hace un par de años Santa Coloma de Gramenet impulsó una iniciativa en este sentido. 

Los nuevos serenos son agentes cívicos -no policías- que al caer la noche vigilan, ayudan, acompañan, detectan y supervisan el buen funcionamiento de la ciudad.

Los buenos resultados han sido espectaculares y bien valorados por la ciudadanía. Los nuevos serenos son agentes cívicos -no policías- que al caer la noche vigilan, ayudan, acompañan, detectan y supervisan el buen funcionamiento de la ciudad. 

Cornellà también se ha puesto manos a la obra. Siete personas, cuatro hombres y tres mujeres, patean todos los días el asfalto de la ciudad de once de la noche a seis de la mañana. Lo hacen en coordinación con la Policía Local prestando atención especial a las necesidades y urgencias de mujeres y personas mayores. Ojalá cunda el ejemplo.

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