Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

¿Empieza a deshacerse el hielo?

El líder del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la sesión de control en el Congreso.
El líder del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la sesión de control en el Congreso.
J.J.Guillén / EFE
El líder del PP, Pablo Casado, durante su intervención en la sesión de control en el Congreso.

El Partido Popular ha apoyado el decreto sobre la 'nueva normalidad' que se ha debatido y ha aprobado este jueves en el Congreso. Es una noticia importante, sin duda, pero su interés está precisamente que haya salido adelante con el voto favorable de los populares, después de una etapa de oponerse de manera sistemática a la mayor parte de las propuestas presentadas por el Gobierno.

Una actitud, precedida de agrios enfrentamientos que desencadenó muchas críticas a las dos partes: al PP por su implacable oposición a todo lo que se proyectaba y contra la coalición del Gobierno, particularmente contra su presidente, Pedro Sánchez, por su resistencia a generar acuerdos con el principal partido de la oposición. Nadie podría entenderlo. 

La imagen ofrecida por la política en España durante los meses de confinamiento ha sido lamentable. Todos clamábamos por la unidad, había muertes diarias por el medio, pero los acuerdos necesarios no llegaban. Las Cámaras están muy fragmentadas y resultaba incomprensible que los principales partidos perdiesen el tiempo en cuestiones irrelevantes y a menudo anacrónicas.

La mayor responsabilidad caía en el PSOE y el PP porque son las dos formaciones que tienen mayor sentido de Estado (hay alguna que más bien lo que pretende es destruirlo). Ambos comparten la condición de ser de ser la alternativa de Gobierno con precedentes y previsiones futuras. Por eso deberían respetarse más y, pensando en el bien común que comparten, escucharse y llegado el caso, entenderse .¿Empieza a deshacerse el hielo?

El apoyo brindado hoy al decreto de 'nueva normalidad' es un buen comienzo para que ese cambio se produzca. No se trata de convencer a nadie de sus propias ideas ni de que nadie deje de hacer o de criticar ni que renuncie a sus aspiraciones. Pero que los líderes de los partidos mantengan relaciones correctas y sus líderes conversen y cambien impresiones o negocien cuestiones vitales es parte del sistema democrático.

Confiemos que partiendo de esta idea, que solo los extremistas no comparten, cabe darle la bienvenida a esta nueva forma de procurar que el ambiente que hoy se atisba y ha empezado con dos hechos relevantes se mantenga e institucionalice. Porque hoy también el Partido Popular anuncio su apoyo en Europa a la candidatura de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo. Otro indicio que ratifica cuanto he escrito. Si lo consigue así, Calviño será una presidenta española con las mejores credenciales, no solo en función de su condición socialista.

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