Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

EE UU y la sombra de Trump

US President Trump visit to St. John's Episcopal Church
Donald Trump.
Shealah Craighead
US President Trump visit to St. John's Episcopal Church

Los Estados Unidos, siempre tan proclives a intervenir en los conflictos ajenos, se encuentran impotentes ahora para resolver los suyos. La prepotencia del presidente Donald Trump tiene al fin que enfrentarse a su propio orgullo insolidario, aquel "América primero" de su discurso electoral. Ahora, en pleno año electoral, le han surgido dos problemas graves que él lejos de aplacar ha contribuido a activar y pueden acabar con sus deseos de seguir en la Presidencia.

Uno fue la Covid-19, cuyo peligro desdeñó invitando a los ciudadanos a beber lejía para curarse, y ya se ha cobrado más de cien mil vidas, además de un millón largo de puestos de trabajo y un fuerte daño para lo que más le preocupaba de la pandemia: una incidencia grave en la economía cuyos efectos solo tienen como precedente el crack de 1929. Las deficiencias de los servicios de salud pública (quizás sería más apropiado decir la inexistencia) han dejado al descubierto el abandono de lo más importante para los ciudadanos, su salud.

Mientras tanto ha estallado la rebelión de los afroamericanos, la clase más abandonada y discriminada de la sociedad. Lo que estamos viendo estos días no es nuevo ni sorprendente: estaba cantado que ocurriría en cualquier momento en que estallase la chispa que desde la esclavitud, pese a la igualdad teórica de las leyes, se ha venido larvando entre provocaciones de supremacistas y desigualdades astronómicas. No es la primera vez que se producen incidentes de esta naturaleza, pero en esta ocasión son más graves, entre otras razones por el desprecio con que el presidente trató a los manifestantes a los que calificó de matones.

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