Un viaje inesperado y fugaz. Así fue la visita del presidente en funciones a los policías heridos en Barcelona. Se trataba de no dar tiempo a los radicales para organizar la bronca, aunque hubo bocinazos y abucheos. Sánchez dijo que la Policía garantiza la moderación y pidió paciencia. Casado quiso hacer lo propio en la Jefatura Superior, pero le negaron la entrada alegando motivos de seguridad. El independentismo está roto y el constitucionalismo también.
OPINIÓN22.10.2019 - 00:15h
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