Según los últimos datos de Correos, en 2004 se repartieron en A Coruña cerca de 50 millones de cartas, casi 6 más que el año anterior. Un fenómeno que «tiene que ver con el aumento de las campañas comerciales y de negocios», comenta el jefe provincial de Correos, Juan Antonio Domínguez.

Pero los coruñeses no somos los únicos que notamos nuestro buzón más lleno. En la provincia también aumentó la correspondencia un 5% respecto al año anterior, lo mismo que en el conjunto de Galicia. Por ciudades, la segunda es Vigo, donde se repartieron cerca de 45 millones de cartas en el mismo periodo, más de 150.000 diarias.

La Navidad sigue siendo la época de más ajetreo para Correos, ya que sólo en esas fechas se reparte cerca del 20% de todo el año.

Oficina en Monte Alto

Debido a este aumento de la demanda, Correos construirá una nueva oficina en el barrio de Monte Alto. Actualmente, existen ocho sucursales por toda la ciudad: la principal en la Marina, otras seis distribuidas en diferentes puntos de la ciudad –en El Corte Inglés, el centro comercial Los Rosales, Renfe, Nuevos Ministerios, O Ventorrillo y Os Castros–, y una móvil que se mueve por Cuatro Caminos y Monte Alto.

Además de hacerlo en las propias oficinas postales, para depositar las cartas hay 70 buzones repartidos por toda la ciudad. Tocamos a uno para cada 3.450 habitantes.

Más repartidos estamos en el número de carteros: tenemos 198, uno para cada 1.200 coruñeses. En Vigo, el reparto cuenta con 225 carteros, aunque deben realizar más esfuerzo debido a su mayor población.

Ante el reto del ciberespacio

La paquetería tradicional ha tenido que reaccionar ante la aparición de Internet y el correo electrónico. La opción elegida por Correos fue la creación de Correos on line. La oficina virtual permite enviar cartas, telegramas, faxes y certificados o giros postales a golpe de ratón y desde 0,50 euros. Su empleo creció un 63% el pasado año, según datos de la compañía. Los habitantes de Baleares y Comunidad Valenciana son los mayores usuarios de este sistema. Galicia, sin embargo, es uno de los lugares donde menos ha triunfado la iniciativa, aunque los orensanos se encarguen de romper esta estadística.