El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz ha dictado un auto por el que declara en concurso voluntario de acreedores a Carnes y Conservas Españolas (Carcesa), con un pasivo de más de 100 millones de euros, y aparta a la familia Ruiz-Mateos de la gestión, informaron a Europa Press en fuentes jurídicas.

"Las facultades de administración y disposición sobre su patrimonio del deudor quedan suspendidas", determina el auto por el que se admite a trámite la solicitud presentada el jueves 17 de marzo por Carcesa "toda vez que ha sido acreditado su estado de insolvencia actual".

En la memoria económica presentada ante el Juzgado se detalla que el pasivo de Carcesa asciende a 100.134.720 euros. Se trata de la segunda empresa de Nueva Rumasa que entra en procedimiento concursal, tras la firma de postres Dhul.

Requerimiento de las cuentas

En el auto, el juzgado requiere a la empresa que en el plazo de cinco días aporte las cuentas anuales correspondientes a los tres últimos ejercicios.

Además, designa a la administración concursal, que tendrá dos meses para presentar un informe una vez que el auto sea publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y llama a los acreedores a la comunicación de sus créditos. El juzgado tiene por personada en el procedimiento a la Federación Agroalimentaria de UGT.

Carcesa, sociedad adquirida por la familia Ruiz-Mateos a la multinacional Kraft en 2008, fue la primera empresa del grupo en lanzar pagarés corporativos en febrero de 2009, con una rentabilidad del ocho por ciento anual.

Con fábricas en Mérida, Don Benito y Montijo, en la provincia de Badajoz, la empresa tiene una plantilla de alrededor de 300 trabajadores.

Junto a Dhul y Carcesa, Nueva Rumasa ha solicitado el concurso de acreedores de Clesa, Cacaolat y Queserías Menorquinas (Tranchettes), mientras que ultima la presentación del mismo procedimiento para cuatro de sus bodegas en Cádiz y para Hibramer.