El acusado de matar a su cuñado en Arróniz el 2 de marzo de 2008 ha asegurado que tenía "pánico y miedo" del fallecido, Felipe Osés Ajona, con quien "hacía años que tenía una mala relación". Ha contado que su cuñado le había amenazado "cuarenta mil veces" con matarle y ha defendido que el día que sucedieron los hechos, al ver al fallecido en su casa con "un objeto" cubierto en la mano, pensó o que se defendía o que acabaría con su vida porque era "más fuerte y joven que yo".

Así lo ha expuesto Ricardo M.H. en la primera sesión del juicio con jurado popular por esta causa que se celebra desde este lunes en el Palacio de Justicia de Pamplona. El fiscal solicita 7 años y 6 meses de prisión para el procesado por un delito de homicidio con la atenuante muy cualificada de defensa propia, mientras que la defensa reclama la absolución al entender que concurren las eximentes completas de trastorno mental transitorio, legítima defensa y miedo insuperable.

A preguntas de la fiscalía, el acusado ha afirmado que "hacía muchos años" que tenía "mala relación, pero no por la herencia" con Felipe Osés Ajona, al que ha descrito como un hombre "envidioso" que "bebía alcohol desde que cobraba la paga hasta que se le acababa". Ha asegurado que la famlia "le ayudó mucho" y que incluso él ha estado acompañándole "en el psiquiatra o en los hospitales", pero que finalmente la familia "se hartó" de sus "locuras".

El acusado ha incidido en que su cuñado "se llevaba mal con cualquiera" y ha destacado que cree que le tenía cierta "envidia" porque "nos iba bien económicamente y nos defendíamos". "Él se echó a la bebida y fue un caso", ha asegurado Ricardo M.H., quien ha señalado que el fallecido "no le había agredido" antes porque "me escapaba como una rata".

El vecino de Arróniz ha defendido en todo momento que su cuñado le había amenazado "cuarenta mil veces" con matarle, aunque sólo le denunció dos veces porque "ni se presentaba en el juicio, ni pagaba, ni nada". "Era igual denunciarle que no", ha señalado el acusado, tras destacar que el fallecido también "agredió" a su mujer a quien "le agarró del cuello y la subió para arriba" en una ocasión.

Ricardo M.H ha contado que la tarde del 29 de febrero de 2008, cuando se encontraba en el bar de jubilados, su cuñado entró "como una de tantas veces a insultarme", motivo por el que sus amigos le llevaron a otro bar al que "también fue a por mí al minuto". Entonces, ha señalado, subió a casa para llamar a la Policía aunque no fue hasta el día siguiente cuando interpuso una denuncia contra su cuñado.

Días después, el 2 de marzo, ha explicado el acusado, estaba solo en casa cuando se percató de que alguien había entrado en su domicilio. Estaba en la cocina, ha expuesto, cuando oyó a su cuñado "diciéndome los mismos insultos de siempre y que me iba a matar". Por este motivo, ha alegado, lo primero que se le ocurrió, estando en la cocina, fue coger una silla para defenderse porque su cuñado, al que vio abajo con un objeto en la mano "tapado con un trapo", era "más joven y más grandón que yo".

Ricardo M.H ha asegurado que ante esta situación tuvo "miedo" porque su cuñado le podía "matar sin piqueta y sin nada" y que por ello, tras "forcejear" y quedar el fallecido tendido en suelo, tenía "tanto pánico" que acudió al sótano a por un hacha para "rematarle". "Se quedó tumbado diciéndome que me iba a matar, si me marcho corriendo podía salir detrás mía y matarme, por eso decidí bajar al sótano y coger la azada porque cuerpo a cuerpo contra él no podía", ha agregado.

Finalmente, ha contado que en el momento del suceso "no pudo" llamar a la Policía por el estado en el que se encontraba, motivo por el que abandonó su vivienda para ponerse en contacto con sus vecinos que fueron los que avisaron a la Policía del incidente.