Las obras de rehabilitación de El Calvario, una edificación del siglo XVII que se ubica en el barrio de San Luis de Santa Úrsula (Tenerife), se han dado ya por terminadas hace apenas unos días, por lo que el municipio recupera así uno de los elementos patrimoniales más valiosos y antiguos de esta localidad.

Con el fin de reparar y preservar en las mejores condiciones posibles esta antigua edificación, el Ayuntamiento de Santa Úrsula redactó tiempo atrás un proyecto para su rehabilitación. Para hacer posible su ejecución se solicitó financiación a la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, que aportó un total de 30.000 euros para estas obras, a las que el Consistorio también destinó más de 12.000 euros.

Las obras de reforma y mejora de este recinto afectaron a una superficie de 113 metros cuadrados y han comprendido el enfoscado y pintado de muros interiores y exteriores, pavimentación con piedra natural, instalación de nuevo alumbrado, acondicionamiento del muro de cerramiento, restauración de las cruces, y otros trabajos de carpintería, jardinería y de mantenimiento general de este recinto.

Antes de las obras la construcción presentaba deterioros en varios de sus elementos, algo que se debía sobre todo al paso del tiempo y a los daños causados por el viento y la lluvia; éstos últimos afectan especialmente a su conservación, ya que se trata de una edificación totalmente descubierta.

Descripción e historia

El Calvario de Santa Úrsula —que se encuentra situado frente a la Ermita de San Luis— es una edificación cerrada por un grueso muro de mampostería rematado por almenas. La puerta de entrada también está flanqueada por dos almenas y coronada por una tercera sobre la que hay una pequeña cruz de madera.

El interior lo conforman dos espacios rectangulares a distinto nivel unidos por unas gradas. El espacio superior, más pequeño que el inferior, tiene cuatro pequeños jardines en sus ángulos y en el centro tres cruces de madera de gran tamaño, siendo la central de mayor tamaño que las laterales.

El recinto fue levantado a instancias de Luis Román, abogado de la Real Audiencia de Tenerife, en la primera mitad del siglo XVII. Es el único Calvario del que se tienen noticias construido en Santa Úrsula, tomando protagonismo, sobre todo, los Viernes Santos, cuando se desplaza el Santo Entierro desde la parroquia.