Al menos así lo aseguró ayer el alcalde accidental, Javier Losada, que pidió a la juventud «colaboración y buen rollo» con el resto de los vecinos que están descansando. «Las experiencias de otras ciudades demuestran que no se acaba con el fenómeno del botellón al ponerlo en un solo espacio », reiteró Losada.
El macrobotellón del pasado sábado, al que finalmente sólo acudieron 1.000 personas, transcurrió con tranquilidad y, según Losada, este tipo de fiestas no tienen nada que ver con el vandalismo. «Estos casos son un porcentaje mínimo entre miles de personas», afirmó. Losada, que deberá esperar al pleno del 24 de marzo para ocupar el puesto de alcalde, dijo que en el futuro buscará soluciones «con el consenso de todas las partes y sin doble moral». Los jóvenes ya han convocado otros dos macrobotellones: el próximo viernes en la playa del Orzán y el sábado, de nuevo, en la plaza del humor.
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