Asociaciones de pacientes y profesionales del Área Sanitaria de Ferrol han determinado que es necesaria una mayor colaboración a la hora de tratar el autismo, como conclusión de un debate promovido por la Escola Galega de Sanidade. En el mismo, la Xunta ha propuesto crear una tarjeta sanitaria especial para los menores con este trastorno.

En el encuentro, que se produjo esta mañana en el salón de actos del Hospital Arquitecto Marcide, se buscaba intercambiar información para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, potenciar la participación de los pacientes y facilitarles conocimiento sobre el funcionamiento de los servicios sanitarios. Pero al mismo tiempo, según ha informado la Xunta en un comunicado, se ha pretendido que los que padecen este trastorno les transmitan a los profesionales sus experiencias y necesidades.

Durante el debate, dos integrantes de la Asociación de pais de persoas con trastorno de espectro autista (Aspanaes) expusieron los principales problemas que afectan a los autistas y sus necesidades sanitarias "más básicas". A su intervención siguió la de los profesionales, que destacaron el "importante papel" que juegan los distintos servicios de psiquiatría y pediatría a la hora de encaminar este trastorno en niños.

Asimismo, la técnico de la Subdirección Xeral de Desenvolvemento e Seguridade Asistencial del Servicio Galego de Saúde (Sergas) Bárbara Rodríguez explicó que su departamento propone elaborar una tarjeta sanitaria especial para los menores autistas. Este documento incluiría las letras AA (atención y acompañamiento) y permitiría dar prioridad en la atención sanitaria. Esto permitiría, según la Xunta, minimizar sus limitaciones comunicativas.

Por último, el director del Área Sanitaria, Luis Verde Remeseiro, destacó la importancia de encuentros de este tipo "para mejorar la atención de los afectados".

Condiciones especiales

Durante la sesión, se expusieron las características del autismo, un trastorno que, según datos de la Xunta, se manifiesta en grado variable en 6 o 7 de cada mil habitantes. Los que lo padecen presentan alteraciones en sus relaciones sociales y en su comunicación, y una rigidez de pensamiento que puede llevar a rutinas poco flexibles o movimientos repetitivos.

Estas características dificultan la labor de los médicos, puesto que los pacientes tienen umbrales de dolor diferentes, no pueden manifestar su malestar o presentan problemas que impiden completar su historia clínica. Por ello necesitan de condiciones de atención especiales.