La Consejería de Medio Ambiente desarrolla actualmente el Plan de Dinamización Participativa de los Centros de Visitantes de la Red de Espacios Naturales, una iniciativa que tiene lugar de manera escalonada en 18 de estos equipamientos y que pretende impulsar un enfoque "innovador" en la gestión de estas instalaciones de recepción, diseñando una estrategia de actuación consensuada que ponga en marcha nuevos usos de los centros promovidos en conjunto con la población local, dinamizando, así, el tejido social y asociativo, y apoyando el desarrollo económico de la zona.

El proyecto, según informa la Consejería, concluirá a finales de este año y desde 2010 ya se han llevado a cabo los procesos participativos en la mitad de los centros de visitantes seleccionados, 'Almacén del Trigo', en el Parque Natural Sierra María-Los Vélez, 'Cabildo Viejo', en Sierra de Aracena y Picos de Aroche, 'El Aljibe', en Los Alcornocales, 'Guadiamar', en Corredor Verde del Guadiamar, 'Mata Bejid', en Sierra Mágina, 'Huerta del Rey', en Sierra de Hornachuelos, 'Venta Nueva', en Sierra de Cardeña y Montoro, 'La Resinera', en Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, y 'Los Yesares', en Karst en Yesos de Sorbas.

En todos los casos ha habido una amplia participación que ha permitido obtener un documento de conclusiones que actualmente está siendo revisado por la Consejería de Medio Ambiente para su aprobación y posterior redacción de las Estrategias de Acción de Futuro.

Los objetivos concretos que persigue la Junta son extender el abanico de funciones de los equipamientos más allá del actual, orientándolo a nuevas posibilidades de uso social, desarrollar estas potencialidades y oportunidades conjuntamente con los agentes sociales de cada territorio de influencia, favorecer que la población local asuma el equipamiento como un centro de referencia de su territorio, de forma que se identifique con su contenido y haga uso de éste como fuente de beneficios sociales, generar corresponsabilidad ciudadana y cultura participativa alrededor de la gestión de los equipamientos, y formalizar una estrategia de acción participada para cada centro que integre la diversidad de visiones de los actores sociales.

El Plan de Dinamización Participativa consta de cinco fases, incluyendo una inicial durante la cual se elabora una guía metodológica, acompañada del levantamiento de información y acciones de coordinación. A continuación se analiza el escenario social, identificando agentes clave y líderes de opinión, y llevando a cabo entrevistas personales e invitaciones a participar.

Posteriormente, según explica, el desarrollo de reuniones sectoriales, esto es, con profesorado, empresas turísticas y de educación ambiental, red social y asociativa, y entidades locales, pretende obtener un diagnóstico de la relación de los destinatarios con el espacio natural y su equipamiento de recepción.

En el taller final toman parte representantes de los diferentes sectores para consensuar propuestas de futuro sobre el modelo de gestión. Como resultado, se elabora un documento de conclusiones que refleja los programas y líneas estratégicas que se seguirán en el futuro.