Es un género utilizado esporádicamente, pero que ha tenido éxito desde hace más de un siglo. Mezclar imagen real con animación parece algo novedoso, pero es un recurso cinematográfico que comenzó en el año 1.900.

Ahora, esta técnica vuelve a estar de moda con el próximo estreno de Hop (15 de abril), un rebelde conejo de Pascua que no quiere seguir con la tradición familiar y decide buscarse la vida en Los Ángeles. Al llegar a la gran ciudad es atropellado por Fred (James Marsden) quien decide alojarle en su casa mientras se recupera del susto. La nueva película de Illumination, el estudio responsable de Gru. Mi villano favorito, mezcla la animación con personajes reales.

The Enchanted Drawing (El dibujo encantado) constituye el punto de partida de esta técnica. Este cortometraje mudo de 1900 nos muestra a J. Stuart Blackton bosquejando el retrato de un hombre que va cobrando vida gracias a una idea revolucionaria para la época: parar la cámara entre los fotogramas para hacer sustituciones. Así consiguieron a principios de siglo el truco de convertir el dibujo de una botella de vino en una botella de verdad.

En 1914, Winsor McCay presentó en Chicago lo que iba a ser la primera combinación entre dibujo animado y figuración de un ser humano. La actuación de McCay interactuando con el dinosaurio Gertie fue todo un éxito, mientras él estaba de pie al lado de una pantalla de proyección, se podía ver a Gertie saliendo de su escondite, cogiendo la calabaza que le daba McCay y bebiendo en un lago. Después el mismo McCay se subiría al dinosaurio para dar un paseo juntos.

Las décadas de los años 20 y 30 marcaron la aparición de los primeros largometrajes. Nos interesan particularmente El Mundo Perdido (1.925) y King Kong (1.933) en las que los animales desempeñan un papel primordial. Los dinosaurios con los que se topa el profesor Challenger durante su expedición introducen por primera vez los efectos especiales pioneros conocidos como Stop Motion, que consisten en aparentar el movimiento de objetos estáticos capturando fotografías.

No solo se recurrió a la misma técnica para King Kong, sino que hubo que innovar para que el simio gigante pudiera aparecer en escena junto con Fay Wray. Para este fin, se recrearon modelos en miniatura de los personajes.

Entre los años 40 y finales de los 50 se desarrolló ampliamente este género cinematográfico. Walt Disney produjo multitud de películas entre las que destacarían Saludos Amigos, Los 3 Caballeros, Canción del sur y Dentro de mi Corazón. A su vez la Metro-Goldwyn-Mayer hizo charlar y bailar a Gene Kelly con el ratón Jerry en una escena mítica de Levando Anclas.

Por otro lado, las películas de ciencia-ficción también acogieron nuevas técnicas para dar vida a sus monstruos y otras criaturas extrañas.

Otra de las grandes del género es Mary Poppins. Bert tuvo el privilegio de bailar no solo con un ratón sino con varios pingüinos a la vez. Para esta escena, los actores rodaron con un fondo pintado por detrás. Los pingüinos se añadieron después gracias a la técnica del cel overlay que es la superposición de dos fotogramas para conseguir una impresión de profundidad. Lo curioso es que la autora del libro quería una película tradicional pero Walt Disney se negó en quitar las escenas animadas. Una sabia decisión a juzgar por los 5 Oscar que se llevó en 1964.

Hubo que esperar otros 24 años para igualar tal éxito con la maravillosa cinta ¿Quién engaño a Roger Rabbit? que recaudó 4 premios Oscar, estableciéndose como otro clásico del género. Todas las escenas que contienen personajes animados, se rodaron con la tecnología inédita del motion control, aún vigente hoy en día.

En los últimos años el avance de la tecnología junto con presupuestos cada vez mayores han impulsado la creación de este tipo de películas y hemos podido deleitarnos con títulos como Jumanji, Casper, Space Jam, La Máscara, Scooby-Doo, Alicia en el país de las maravillas y por supuesto Avatar. En esta última, James Cameron utilizó la técnica llamada Performance Capture con la que grababan los movimientos de los actores para aplicarlos después en las imágenes.