Las esculturas de Iribertegui, portadoras de esperanza y enraizadas en la cultura tradicional, desembarcan en Valladolid

Las esculturas del dominico Miguel Iribertegui, portadoras de un mensaje de "esperanza" y enraizadas en la cultura tradicional, han desembarcado este jueves en la sala de exposiciones del teatro Calderón de Valladolid, donde permanecerá abierta hasta el 20 de marzo, fecha en la que comenzará su itinerancia por Zamora y Palencia.
Uno de los "ángeles" de Miguel Iribertegui
Uno de los "ángeles" de Miguel Iribertegui
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Uno de los "ángeles" de Miguel Iribertegui

Las esculturas del dominico Miguel Iribertegui, portadoras de un mensaje de "esperanza" y enraizadas en la cultura tradicional, han desembarcado este jueves en la sala de exposiciones del teatro Calderón de Valladolid, donde permanecerá abierta hasta el 20 de marzo, fecha en la que comenzará su itinerancia por Zamora y Palencia.

La muestra, según lo ha destacado su comisario, Gonzalo Blanco, acerca al visitante hasta el "apostolado de la estética" de Iribertegui, cuya misión radicaba en "estetizar la vida" —"¿cómo nos iría la vida si tuviéramos la obsesión de hacer estético todo lo que hacemos?"—, lo que se plasma en sus obras, agrupadas en torno a sus temas 'estrella': los ángeles, la Navidad, el mundo de la Orden de Predicadores y la figura de Santo Domingo, lo pastoril, las costumbres ancestrales y el patrimonio simbólico de León referidos a la lucha leonesa, al pendón y a la soga-tira, entre otros, y las reproducciones de relieves realizados en distintos bienes culturales.

Blanco, quien reconoció haber "caído en el amor" —traducción literal del término inglés "enamorarse"— con la obra de Fray Miguel, como se le conocía, destacó la "viveza" de su obra, que pese a ser "póstuma" es "inacabada e inacabable", así como el "mensaje" que lanza a la sociedad y que se centra en la esperanza, según el alcalde de la ciudad, *Javier León de la Riva, quien vinculó su concepto de la belleza y el arte con cambios en el mundo y con la confraternización humana.

"Demasiado humilde" para exhibir su obra en vida, Iribertegui era un personaje "fronterizo", según el comisario de la muestra, aspecto que en su opinión queda patente en su "obsesión" por los ángeles, lo que le permitía establecer un "diálogo imposible" entre lo humano y lo angélico.

"Lo bueno, lo bello y lo verdadero son una misma cosa", señaló Blanco antes de aclarar que se trata de uno de los mensajes "civil y esperanzador" de la obra de Iribertegui, quien además trasladaba, a través de sus esculturas grupales, su interés por las "raíces" y su concepción del hombre en "grupo" y no en "soledad".

Sus obras son él

Por su parte el prior de la comunidad dominica de San Pablo, Salustiano Mateos, destacó que las obras de Iribertegui reflejan "con bastante exactitud" su propia forma de ser —"discreto, lineal, abierto y "alejado del barroquismo"..."— y su interés por las tradiciones locales leonesas.

"Era un hombre polifacético, un hombre inquieto por las corrientes artísticas de nuestro tiempo", destacó antes de recordar que ponía un "acento humanístico" palpable en las expresiones de sus figuras.

Por su parte Galo Senovilla, en representación de la obra social de Caja España-Caja Duero, promotora de la muestra, puso de manifiesto que la obra de Fray Miguel "rezuma humanidad" y constituye "un canto a la naturaleza humana" y a la "esperanza en el ser humano".

En último término el alcalde, quien calificó de "espléndida" la muestra recalcó, en referencia a algunos comentarios realizados sobre la presencia de obras sobre la cultura leonesa en la exposición, que Valladolid está "encantada" de recibir cosas de León, provincia de la que, recordó, llegó el Conde Ansúrez a la ciudad que luego fundó.

El artista

El dominico Miguel Iribertegui Eraso (1938-2008) nació el 8 de agosto de 1938 en La Aldea de la Población (Navarra); doctor en teología y licenciado en Bellas Artes, desarrolló su actividad docente en diferentes facultades y centros en Salamanca, Puerto Maldonado en Perú, Segovia, Madrid o León y fue miembro fundador de la Academia Via pulchritudinis de Roma.

Iribertegui era músico, dibujante inspirado, escultor fértil pero también poeta y escritor de teología y filosofía y el 7 de noviembre de 2008 falleció en la enfermería que los dominicos de la provincia de España tienen en Navarra tras una enfermedad.

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