La mujer de 48 años de edad detenida el martes por la Guardia Civil de Ourense en el marco de la 'Operación Aleta', por la que fue desarticulada una banda organizada dedicada a estafar a compañías de seguros, ha pasado este jueves a disposición judicial.

Según ha informado el Instituto Armado, la mujer, M.G.G., de 48 años, vecina de El Pardo (Madrid) y natural de Boazo, en Castro Caldelas (Ourense), ha pasado a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción de Trives, tras haber sido arrestada a las 13.00 horas del martes como presunta autora de un delito de estafa y simulación de delito.

En el marco de la 'Operación Aleta' habían sido detenidas previamente cinco personas como presuntas autoras de los delitos de estafa, simulación de delitos y usurpación de estado civil.

La operación se inició en marzo de 2010, tras tener conocimiento de la existencia de varias denuncias formuladas por varias aseguradoras por cobro de indemnizaciones.

Iniciada la investigación, la Guardia Civil determinó que existía un grupo organizado que sistemáticamente daba partes de siniestros de vehículos que nunca habían tenido lugar. El cabecilla de la trama, propietario de un taller y compraventa de vehículos usados en A Valenzá, empleaba sus redes comerciales para llevar a cabo la actividad delictiva. SIMULACIONES

Para cobrar indemnizaciones irregulares, los acusados simulaban salidas de vía o atropellos a animales y trasladaban al supuesto lugar del accidente vehículos con piezas dañadas en sustitución de las que se encontraban en buen estado con el fin de lograr un peritaje alto. En otros casos, se producían siniestros entre vehículos cuyos conductores eran todos miembros de la misma trama.

Otra forma de proceder, ha informado la Guardia Civil, era adquirir vehículos de alta gama procedentes de accidentes de importancia que resultaban con graves daños, lo que hacía inviable su reparación, para, pasado un tiempo, colocarlos en la carretera y simular un nuevo siniestro.

El pasado mes de agosto, los implicados simularon un robo por el método del 'alunizaje' en el interior del taller propiedad del cabecilla de la red para posteriormente denunciar la sustracción de un vehículo de gama superior que, supuestamente, se encontraba en el interior.