Los campistas tendrán que cuidar a partir de ahora aspectos como la ubicación de sus tiendas o la seguridad de sus pertrechos. Estará prohibido acampar en terrenos de patrimonio cultural, así como en zonas de riesgo de incendio o bajo tendidos eléctricos, áreas de vertido de residuos o cualquier otra que presente riesgos para los campistas.

La nueva normativa define la acampada como toda actividad que se realice al aire libre, fuera de campings y casas rurales, mediante el uso de «tiendas de campaña, caravanas, albergues móviles u otros medios para guarecerse».

El texto establece también el deber de recoger los residuos, velar por la higiene o cumplir diversos requisitos sobre el uso de fogones o la ubicación de los botiquines de urgencia y de primeros auxilios. Las inspecciones, autorizaciones y competencias de acampadas dependerán de las comarcas.