Y les entraron las prisas

Fue una visita relámpago en toda regla.
Después de años sufriendo colapsos, saturaciones y kilométricas listas de espera, nuestra alcaldesa llegó a Santiago, vio y firmó. «Ni cinco minutos, sino dos», según alardeó ella misma, fue lo que tardó Corina en rubricar el convenio que permitirá la construcción de un nuevo pulmón sanitario para Vigo.

El documento debe de ser un chollo porque, en principio, la reunión se había previsto sólo para que la regidora estudiara el tema y lo comunicara a los técnicos del Concello. Tiempo le faltó para reenviarlo por fax a Vigo y aprovechar la coyuntura para dejarlo todo bien atadito... no vaya a ser que, luego, alguien decida dar marcha atrás y deje a los vigueses sin infraestructura.

Cosas similares ya se han visto. Sin embargo, tanta premura cuando se está hablando de sanidad da un poco de vértigo. Será la falta de costumbre, habituados ya a las demoras, que hace que a una le salte la alarma y prefiera andarse con pies de plomo. Porque ya se sabe que las prisas son malas consejeras.

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